Revista digital
TRIBUNA
agosto 2021

La revolución digital: ¿enemiga o aliada del coaching?

Enrique Jurado,
CEO de Darte Human and Business School

 
Enrique JuradoLa pandemia mundial que llevamos padeciendo desde hace más de un año nos ha traído nuevas realidades que nunca imaginamos: desde estar confinados en casa durante semanas, hasta llevar mascarilla para realizar todo tipo de actividades fuera de nuestro hogar, entre otras muchas.
Pero, además de esas realidades chocantes, lo que ha supuesto la pandemia es una aceleración digital sin precedentes. El teletrabajo, las videollamadas, la educación online son solo algunos ejemplos de cómo un proceso de digitalización que se veía como algo que iba a ocurrir de forma paulatina, ha tenido que hacerse en cuestión de semanas. Y hablo desde la propia experiencia porque desde mi posición de coach y de formador de coaches he tenido que darme un empujón digital a todos los niveles para adaptarme a las nuevas circunstancias.


Coaching a distancia: sí, se puede

Muchas de las personas que nos dedicamos al desarrollo personal o se acercan a él, nos englobamos dentro de la categoría que en PNL denominamos ‘kinestésicos’. Es decir, personas que percibimos la información del exterior predominantemente por nuestro canal sensorial, por el tacto, por la experimentación, por las sensaciones. Somos esas personas que tocamos, abrazamos, y necesitamos el contacto para comunicarnos mejor.

Precisamente los kinestésicos somos los que más considerábamos que recibir (o dar) un proceso de coaching vía online parecía una cosa irrealizable, afirmando cosas como que la comunicación fría a través de una pantalla no permite que fluya la conexión, la química necesaria entre coach y coachee que tan importante es para el éxito del proceso.

Pero tanto yo como muchas otras personas de perfil kinestésico nos hemos tenido que tragar nuestras propias palabras. Hacer un proceso de coaching online y que se pueda conectar igual con el cliente que si fuera presencial, es posible. Tan solo hay que cuidar los detalles para que, a pesar de la pantalla, las sesiones de coaching sean tan efectivas como si coach y coachee estuvieran frente a frente en la misma habitación.

Desde mi propia experiencia, los 3 puntos esenciales que hay que cuidar para hacer una buena sesión de coaching online serían:

  • Tener una buena conexión a Internet donde no haya interferencias ni cortes de ningún tipo que puedan romper la concentración en la sesión.

  • Elegir una plataforma acorde y no escatimar en escoger una opción premium que nos evite anuncios a destiempo o el fin acelerado de la sesión por haber pasado el tiempo mínimo de uso.

  • Escoger tanto el coach como el cliente un espacio donde cada uno se sienta lo más cómodo posible. De hecho, esto es un plus porque el coachee se sentirá mucho más receptivo en un ambiente escogido por sí mismo.


Si se cuidan esos aspectos y, además, el coach usa recursos a su disposición como presentaciones, música, audios, etc., sea cual sea el perfil del cliente, las sesiones online de coaching no tienen que tener nada que envidiar a las presenciales.

Hay que observar aquí que, además, la conversión online de los procesos de coaching supone para los coaches poder abrirse a un mercado mucho más amplio, al poder realizar estas sesiones a cualquier persona de cualquier punto del mundo. Además, para los coachees, el hecho de poder hacerlo con mayor libertad de horarios y desde la comodidad del espacio que se desee puede ser un punto muy a su favor para que realmente el proceso de coaching sea totalmente eficaz.


La formación en coaching streaming y online, imparable

Pero si las sesiones de coaching se han abierto a la digitalización, la formación en coaching y en otras disciplinas del desarrollo humano como la PNL, la han abrazado con más fuerza aún si cabe, y me aventuraría a decir que para siempre.

Esto lo he sufrido en ‘mis propias carnes’ y he de decir que a casi 18 meses vista desde el inicio de la pandemia, estoy perplejo de lo que a la escuelas de desarrollo personal como la mía les ha supuesto tener que subirse a la ola digital casi sin haber surfeado en la vida.

En D’Arte, años antes de esa semana de marzo 2020 donde se decretó el confinamiento, habíamos hecho algún intento de clases en streaming que no me terminaron de convencer. Mi parte kinestésica y la falta de necesidad tampoco me invitaban a intentarlo de nuevo. Lo único que tenía implantado y sigo manteniendo porque sí lo considero útil son formaciones online básicas en coaching y PNL.

Pero fue llegar ese 14 de marzo de ‘cerrojazo’ y tener que cambiar a la fuerza mi idea sobre el streaming y la formación. Tenía una edición de Máster recién estrenada y un Trainer en PNL a medias, entre otras cuestiones, que no podía suspender. Así que a marchas forzadas y con determinación hubo que tomar la decisión de acelerar el desarrollo del streaming y dar las clases completamente onlines.

¿El resultado? Nunca pensé que fuera tan bueno. Adaptamos todos los equipos, los alumnos pusieron de su parte y agradecieron que no se suspendieran las clases aunque tuvieran que ser online, e, incluso, las personas kinestésicas como yo, más reticentes a ello, nos comunicaron que seguían sintiendo y experimentando la conexión que necesitaban en las clase presenciales.

Llegado septiembre de 2020, con la reapertura de las clases presenciales con las limitaciones propias de la continuación de la pandemia, mantuvimos el streaming para los que lo desearan y, a partir de entonces, hemos ofrecido la posibilidad de escoger entre ambas opciones para los nuevos alumnos del Máster. Pero otras formaciones como el Practitioner en PNL, algo que jamás pensé hacerlo en streaming, ahora lo es al 100% y funciona perfectamente bien.

Hay que dar el mérito que se merece a asociaciones como ICF o ASESCO por adaptarse también a esta nueva circunstancia permitiendo que las personas formadas en coaching en modalidad streaming (aunque con consideraciones específicas) también puedan recibir sus certificaciones, algo a lo que al principio eran algo reticentes por no considerar igual a los formados por una u otra vía. Lógicamente, siendo testigos de la realidad que ha venido para quedarse, y que las formaciones que ya eran de calidad antes de la pandemia lo son por igual de forma presencial que en streaming, han tenido que aceptar.

Y algo de lo que me siento especialmente orgulloso con este salto en la digitalización de la formación en coaching es que he podido abrirme a mercados antes no contemplados. Cada vez sumamos más alumnos especialmente de países Latinoamericanos que se forman desde el otro lado del charco con nosotros y que están sumamente agradecidos de optar a formaciones de calidad y certificadas en nuestro país a las que antes no podían acceder sin tener que desplazarse, con el esfuerzo que esto implicaba a todos los niveles.

Por tanto, al Enrique que hace año y medio la digitalización del coaching podíamos decir que no le hacía demasiada gracia, ahora le encanta y no concibe su trabajo sin el soporte y apoyo que supone. No solo me permite seguir ejerciendo como coach ‘a pesar de las pandemias’ o ampliar mi mercado de formación, sino que la digitalización ayuda a que el coaching llegue, a través de todos los recursos que las nuevas tecnologías nos brindan, a todos los rincones del planeta para seguir demostrando que es muy útil en la vida personal y laboral de todos los que lo prueban.

entrevistas  |  reportajes  |  almuerzos  |  tribunas  |  noticias  |  proveedores  |  nombramientos  |  estudios  |  agenda  |  libros  |  el equipo  |  enlaces  |  mapa web

© 2007 CUSTOMMEDIA S.L. edita EQUIPOS Y TALENTO  |  Equipo de redacción  |  Contacto  |  Política de privacidad

Av. Diagonal, 463 bis 5ª planta, Barcelona 08036  Tel. 93 4195152  Fax. 93 4101755