Revista digital
TRIBUNA
agosto 2022

Por qué el coaching te hará mejor líder

Enrique Jurado,
CEO de Darte Human and Business School

 
Enrique JuradoÚltimamente veo y leo muchas noticias donde se habla de cómo se están desarrollando nuevos modelos de liderazgo especialmente en el ámbito empresarial, que se alejan (y mucho) del tipo de ‘mandato’ que ha habido hasta entonces.
Este cambio es lógico y necesario en un tiempo donde se habla de que el mundo se mueve entre el denominado entorno V.U.C.A. ( Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo) y el B.A.N.I. (Brittle-quebradizo, Anxious-ansioso, Non-linear-no lineal e Incomprehensible-Incomprensible). En un contexto donde la incertidumbre, los cambios constantes, la ansiedad y la complejidad son el pan nuestro de cada día, se necesitan líderes con unas destrezas y habilidades nuevas para poder acoger y guiar a las personas que comandan teniendo en cuenta esas circunstancias.


De liderazgo directivo a liderazgo empático

En coaching solemos hablar de que existen distintos tipos de forma de ayuda o de liderar a otros. El tipo de liderazgo que ha existido durante siglos es una combinación de lo que conocemos como directivo y paternalista: es decir, líderes que ejercen una relación de dominio-sumisión donde sus necesidades están por encima de las de las personas que lideran a las que se las moldea para ser solo como ellos quieren. En este caso, por tanto, las personas bajo este liderazgo pierden autonomía y no conectan con el proyecto del líder porque se ven como simples ejecutores de un plan dado.

En un entorno como el que he descrito anteriormente donde la ansiedad y la incertidumbre sobrevuelan nuestras cabezas, ese tipo de liderazgo ya no es viable porque ejerciéndolo en estos tiempo la desmotivación, el descontento y, con ello, la escasa productividad camparán a sus anchas entre los trabajadores de cualquier organización.

Ahora se tiene y se debe apostar por un liderazgo donde se combine un estilo democrático, cooperativo y empático: un líder que sea facilitador, que implique a las personas a su cargo y conecte con sus necesidades más profundas para conseguir que saquen lo mejor de cada uno, lo que mejorará el desempeño y bienestar individual, que influirá a nivel organizacional.


Coaching para ser un líder democrático, cooperativo y empático

Muchas empresas, siendo conscientes de la necesidad de buscar este tipo de liderazgo, apuestan cada vez más por procesos de coaching a nivel interno para preparar a esos mandos y directivos que deben liderar equipos en estos entornos VUCA y BANI.

Esto me parece genial, pero mi reflexión de hoy aquí quiere ir más allá: invito a esos mandos intermedios, a esos jefes de equipo, a esos grandes directivos, a que se formen en coaching; a que hagan una formación seria en coaching.

Puede que la primera respuesta de algunos sea, “pero si yo no quiero ser coach, ¿para qué quiero formarme en coaching”, y lo acojo y lo entiendo. Pero es que cuando estudias coaching a nivel, por ejemplo, del Máster en Coaching Profesional que impartimos en mi escuela D’Arte HBS, no solo estás aprendiendo una profesión, sino que realizas a la par un trabajo de autoconocimiento y desarrollas unas actitudes y aptitudes que cambian para siempre la forma en que ves y te enfrentas a la vida y, por ende, la forma en que puedas ejercer el liderazgo.

Formándose en coaching uno adquiere habilidades encaminadas a poder acompañar de la mejor manera posible al coachee desde una posición nunca de mandato, sino de cooperación, empoderamiento y guía con el fin de que sea el propio cliente el que saque el máximo partido a sus propios recursos para conseguir lo que se proponga. Unas habilidades que no son precisamente las propias de un liderazgo directivo.


Lo que te da el coaching para ser mejor líder

Algunos de los puntos que se trabajan en una formación de coaching y que son perfectos para ser un mejor líder en la actualidad son:

  • Inteligencia emocional: un líder que sepa gestionarse bien emocionalmente irá siempre por delante de los que se dejan secuestrar por las emociones. Pero, es que, además, reconocerlas en el equipo que lidera y ayudar a encauzarlas es ya un plus que garantiza el éxito de cualquier grupo de trabajo.

  • La escucha activa: probablemente la pata de la que más han cojeado los líderes hasta ahora. Saber escuchar más allá de las palabras a las personas que se lidera es fundamental para tener toda la información necesaria para gestionar los equipos de forma eficiente.

  • Hacer preguntas poderosas: puede parecer una tontería, pero dejar las preguntas acusadoras de ‘por qué ’ y sustituirlas por otras donde el ‘para qué’ o el ‘cómo’ sean los protagonistas es el primer paso para que la comunicación de líderes y equipos cambie por completo.

  • Empatía: el ‘ponerse en los zapatos del otro’ se trabaja profundamente y con diversas herramientas a lo largo de una formación en coaching porque si no se acoge y se entiende al otro, jamás se podrá ser un buen coach; pero es que tampoco, sin empatía, se podrá ejercer en los tiempos que corren un buen liderazgo.


Todo esto que he hablado en este espacio no es cosa de una idea alocada que me haya venido de pronto a la cabeza, sino fruto de mi observación y mi experiencia como formador en coaching estos años.

Decenas de antiguos alumnos que se han formado en D’Arte HBS y que ejercían ya algún tipo de liderazgo en sus puestos de trabajo están comenzando a usar esas herramientas adquiridas para hacer las cosas ‘de otra manera’ y preparar a los equipos y las empresas para las nuevas realidades que ya se han presentado y para las que aún están por venir.
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