Revista digital
TRIBUNA
julio 2022

Redes Sociales, ¿enemigas de la credibilidad del coaching?

Enrique Jurado,
CEO de Darte Human and Business School

 
Enrique JuradoHay una expresión que las personas que nos dedicamos al desarrollo personal hemos escuchado cientos de veces: “vendehúmos”. No me cabe duda de que lo que alimenta a quienes nos intentan atacar con este intento de menosprecio es la ignorancia en su estado más puro. El no conocer, el no haberse ni siquiera preocupado mínimamente en escuchar de verdad lo que hacemos y cómo lo hacemos.
A mí, ya curtido, este tipo de comentarios no me hacen mella ninguna y, por ello, no cejo en la difusión del coaching y todas sus bondades sin miedo a la exposición y al qué dirán porque, nos guste o no, siempre va a haber opiniones de lo que hagamos. La clave está en hacer mi labor divulgativa desde el corazón y con la confianza de que lo que estoy compartiendo es bueno para mí y para los demás.

En mi propósito de difusión siempre he visto como aliadas a las redes sociales. Son una ventana fabulosa al mundo, al público general, y una herramienta que bien usada puede ser un altavoz de nuestra labor como coaches y una plataforma de divulgación fabulosa. Sin embargo, me encuentro reticencias en este aspecto, coaches que no quieren asomarse a ese mundo precisamente porque, casualidades de la vida, piensan que estando en ellas alimentamos esa idea de vendehúmos o mercachifles que nos intentan colgar algunos.


¿Quién es más ignorante?

Si pensar que los coaches son unos estafadores que venden ‘nada’ es fruto de la ignorancia más tremenda como he dicho anteriormente, pensar que las redes sociales nos puede mostrar como tales, lo es en la misma medida. Si desconoces las reglas del juego de las redes estás abocado a verlas como simples escaparates de bailes y memes, cuando esconden un potencial que va mucho más allá del entretenimiento más burdo.

En el Máster en Coaching Profesional que impartimos en D’Arte Human & Business School, una parte la dedicamos a ayudar a los futuros coaches a desarrollar su proyecto de coaching y hacemos hincapié en la importancia de exponerlo y promocionarlo en redes sociales. De primeras, encuentro muchas reticencias; algunos, totalmente entendible, por no querer exponerse públicamente, que me daría para otra tribuna; y otros, además, por considerar que perderán credibilidad con ello.

En estos caso en los que están completamente abiertos al aprendizaje, y donde la curiosidad puede más que el quedarse con su razón de que serán menos creíbles abriéndose una cuenta en Instagram, trabajamos para que entiendan todo lo que pueden hacer en estas redes y que realmente les ayudará a acercarse a esos coachees que les necesitan y que puede que nunca llegaran a ellos sin ese escaparate.


La clave: ser divulgadores y no simples tendencias

Como he mencionado anteriormente, para que las redes sociales jueguen a nuestro favor como coaches, hay que saber de qué van y consumirlas con ojos de persona que busca información, no simple entretenimiento.

Muchos son los que usan las redes sociales solo como meros distractores para pasar rápido de una publicación, de un vídeo, de una historia a otra sin más. Pero hay quienes usan las redes sociales también para aprender y conseguir información y conocimientos y, en ellos, hay que pensar como coaches cuando estamos en redes sociales.

Porque más allá de los memes, de los chistes, de los bailes y de los gatitos hay un montón de contenido de valor en redes sociales. Cuentas donde se comparten infografías, carruseles, y vídeos con un contenido que enseña, que resuelve dudas y ayuda, y con ello hay expertos del desarrollo personal que han generado una bonita comunidad y han contribuido a que haya más personas que sepan sobre determinados campos que parecen propios de revistas especializadas. Se me viene a la cabeza, por ejemplo, el trabajo en Instagram de Marta Romo o Catalina Hoffmann o , incluso, en TikTok, una red social que se ve incluso menos ‘seria’, de Curro Cañete. Pero hay muchos otros.


Divulgar, pero siempre desde la cercanía

Por supuesto, aunque usemos como profesionales las redes sociales cuidando ese papel divulgador, no podemos obviar el hecho de que una red social da un plus de cercanía y de naturalidad que también debemos saber aprovechar, porque con humor y entretenimiento, el conocimiento llega mejor.

Aquí es donde entiendo que está esa línea que algunos temen cruzar por si se pierde profesionalidad, pero usar el humor, siempre de forma inteligente, nos hace humanos, pero no menos creíbles. Por supuesto, no se trata de salir haciendo vídeos con todos los challenges y bailecitos del momento, pero no duda en usar esas tendencias a favor para difundir algunos de tus mensajes o para mostrarte como la persona que eres. Porque somos profesionales, pero también personas, y a las personas nos gusta divertirnos.

Personalmente, en mi cuenta @brandoaching no solo comparto reflexiones y contenido divulgativo, sino que me muestro, a veces, como soy: canalla, gamberro, divertido y familiar. No digo que al principio no pensé que igual cruzaba una línea peligrosa, pero ahora ni me preocupo. He entendido de qué van las redes sociales y las he mirado más allá para entenderlas como una herramienta que usándolas con inteligencia no son nuestro peor enemigo, sino un interesante aliado.
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