Revista digital
TRIBUNA
septiembre 2020

Las personas, ahora más que nunca

Miguel Álvarez,
director de Recursos Humanos de DB Schenker en Iberia

 
Miguel ÁlvarezLa crisis sanitaria ocasionada por la pandemia del Covid-19 ha provocado que muchas oficinas y centros de trabajo hayan dejado de estar operativos en gran parte de su actividad, incluso con cese total en varios casos. Y, al mismo tiempo, una expansión generalizada de la experiencia del trabajo en remoto en prácticamente todo el mundo. Las empresas han tenido que acelerar sus planes de transformación digital en cuestión de pocas semanas o incluso días.
El puesto de trabajo está experimentando un cambio trascendental para adaptarse a la situación y superar las consecuencias del coronavirus. En todo ello, la clave fundamental, como siempre, reside en las personas, el factor humano, el activo más importante, en empresas de todo tamaño.

Tras el estallido de la crisis y, por ende, de la implementación del Estado de Alarma, las compañías han focalizado sus esfuerzos en reconvertir sus modelos de negocio y rediseñar sus sistemas de protección para garantizar la salud de todos sus colaboradores. A pesar de que la pandemia ha ocasionado la paralización casi total de algunos sectores, como el del turismo o la automoción, otros, como la logística y el transporte, se han situado en primera línea para luchar la batalla contra el Covid-19. En DB Schenker, hemos mantenido nuestra capacidad de trabajo al 100 %, con el propósito de proveer a la sociedad los bienes esenciales, como alimentos, mascarillas o medicamentos. En este sentido, y al igual que el resto de las empresas de transporte y la logística, decidimos tomar las medidas pertinentes para garantizar la protección de nuestros empleados y de sus familias, así como de todos nuestros clientes.

En nuestro caso, contábamos con un precedente claro de lo que iba a suceder en España, debido a que operamos en 140 países, y en alguno de ellos la crisis empezó a causar estragos antes que aquí. Teniendo esto en cuenta, decidimos anticiparnos e implementamos el teletrabajo en el 60 % de nuestra plantilla antes de que se decretara el Estado de Alarma, una decisión que nos permitió mantener nuestra capacidad de trabajo y adaptarnos rápidamente a la situación de crisis. Asimismo, reforzamos nuestras medidas de protección y nos adherimos desde el primer momento a las directrices y recomendaciones de instituciones oficiales como la OMS y las autoridades sanitarias correspondientes.

Ciertamente, el puesto de trabajo lleva años en constante evolución. Es una obviedad, aunque considero que parecía que nuestro país no estaba en condiciones de asumir ciertos cambios impuestos por una situación como la crisis sanitaria de forma inmediata. Sin embargo, es importante destacar la rápida adaptación de las empresas españolas al nuevo contexto, logrando acomodar sus sistemas de trabajo en un corto espacio de tiempo. En su gran mayoría, esta vertiginosa adaptación ha venido dada por la implementación de las nuevas tecnologías, que han permitido, entre otros avances, la continuidad de la operativa de trabajo en remoto en todas las actividades que es posible sin efectos perjudiciales en la atención y servicio a clientes.

Esta transformación ha ocasionado un cambio en la percepción a largo plazo de muchas empresas, que ya empiezan a plantearse el teletrabajo como una alternativa que va a incorporarse con carácter permanente en el desarrollo de la actividad laboral. Todo ello nos conduce a un sistema híbrido, en el que el trabajo en remoto convive con la presencialidad. Y DB Schenker apuesta por ello. Mas allá de situaciones de emergencia como sucede en el contexto actual, creemos firmemente que es posible lograr un gran equilibrio entre la operativa de servicio y atención a clientes y la satisfacción de las personas que forman parte de la empresa, en las actividades de trabajo que sea posible.

Estamos en un buen momento para aprender y conocer las nuevas tecnologías, pues su fin primordial es ayudar, generando amplias oportunidades de desarrollo y mejora, individual y colectiva. Estas herramientas han permitido que, en solo tres meses, se haya producido una transformación sin precedentes que se esperaba para dentro de cinco o incluso diez años. Asimismo, creo que la implementación de las nuevas tecnologías deberá ir siempre de la mano de la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente, un reto al que todas las compañías, y la sociedad en general, deben orientarse diariamente.

Las formas de trabajo están ya y seguirán inmersas en una evolución, posiblemente sin precedentes. Evolución que debe considerar al mismo tiempo las ventajas de la tecnología y que las personas deben relacionarse entre ellas para su desarrollo, bienestar y satisfacción. Ambos factores a la vez son imprescindibles.
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