Revista digital
TRIBUNA
mayo 2013

Bonificación de la Formación Interna: un reto para los departamentos de Formación

Natàlia Rodríguez Carrà,
socia directora de Deor Consultores

 
Natàlia Rodríguez CarràLa formación interna aporta interesantes ventajas: fideliza a los trabajadores, la inversión económica requerida es muy inferior frente a la formación externa, etc.
Ante este escenario de ajustes generalizados, ocurre que, las áreas que más notan los recortes presupuestarios en la empresa, responden a aquellas funciones que no están cerca del core business, como es el caso de la formación. Nos encontramos realmente en un contexto que poco o nada tiene que ver con el escenario de hace tan sólo cinco años. Las inversiones en el desarrollo y la formación pasan a un segundo o tercer plano mientras que en paralelo aumenta el interés en el retorno económico de las inversiones realizadas con cargo a la bonificación.

Es en esta situación de adversidad, y la gestión del crédito no es ninguna excepción, es donde se forja el espíritu de superación y se plantean alternativas para disponer del máximo crédito posible. Las empresas conscientes de esta realidad deciden aprovechar sus propios recursos y recurren a la formación interna para consumir gran parte del crédito de formación. Podemos afirmar que para el 85 % de nuestros clientes, la bonificación de la formación interna supone, como media, un 60 % del crédito dispuesto.

Cuando auditamos el modelo de gestión de un nuevo cliente, realizamos una serie de verificaciones que nos permiten identificar entre otros aspectos, el modelo de bonificación aplicado anteriormente, el planteamiento económico establecido y recopilamos todo tipo de información relativa al despliegue formativo, tanto de la formación interna como de la externa. Siendo el sistema de Formación Continua un modelo consolidado. Los resultados que obtenemos en esta fase de diagnóstico son sorprendentes y tienen un denominador común; el desconocimiento por parte de los departamentos de formación, de las posibilidades reales de bonificar la formación interna y los permisos individuales de Formación (trataremos los P.I.F como monográfico en posteriores publicaciones).

A nivel general y de forma muy breve, la formación interna aporta interesantes ventajas: fideliza a los trabajadores, la inversión económica requerida es muy inferior frente a la formación externa, los conocimientos adquiridos están ajustados a la realidad del negocio de la organización, posibilita el desarrollo y la promoción de aquellas personas que ejercen como formadores internos, sirve de herramienta de marketing interno para promover valores y cultura organizativa, contribuye a la mejora del clima laboral, creando un entorno más cercano y distendido.

La formación interna permite la bonificación de la formación que se realiza en el puesto de trabajo. Supone la sistematización y estructuración de las diferentes actividades formativas que se realizan en la empresa. Es fácil acreditar los costes internos de la formación a efectos de su bonificación. Incrementa los resultados de la actividad del departamento de Formación sin incrementar el presupuesto de la empresa destinado a formación.

Muchas organizaciones están infravalorando esta posibilidad y actúan tímidamente en este terreno. Como empresa no nos hemos de conformar con el cumplimiento de la norma sino que hemos de dar un salto cualitativo, hemos de dar la mejor versión de nosotros para dibujar nuevos escenarios de bonificación. Planteémonos ¿Cómo estamos aplicando los costes internos? ¿Qué criterio tenemos para establecer las horas de dedicación del formador? ¿Cómo organizamos los grupos para obtener mayor rendimiento? ¿Qué esfuerzos hemos de realizar para adecuar la formación interna a la normativa y cuáles serán los beneficios resultantes?

Animamos a las entidades beneficiarias a que analicen y pongan en duda sus modelos de gestión del crédito; identifiquen elementos de mejora, y encuentren fórmulas creativas en sus planteamientos. Las consultoras expertas en la materia tenemos como misión desarrollar todo nuestro potencial y talento para conseguir que con menos recursos las entidades beneficiarias sean capaces de obtener un mayor rendimiento del crédito. De nuestra experiencia y capacidad creativa en la definición de estas estrategias de bonificación dependerá el ofrecer alternativas viables que permitan superar los cambios que el nuevo Acuerdo de Formación Continua nos depare. Con crisis o sin ella, siempre hemos de estar a la vanguardia, pensar a largo plazo y actuar buscando la forma de mejorar nuestras actuaciones.

No quiero terminar el artículo sin proponeros un reto o ejercicio de reflexión. Supongamos que tu empresa tiene 100 nuevas incorporaciones al año. Seguro que estos trabajadores reciben algún tipo de formación en el puesto de trabajo. Supongamos que la formación o instrucción en el puesto de trabajo que recibe cada trabajador de nueva incorporación es de 20 horas. ¿Te bonificas la formación que se realiza a las nuevas incorporaciones? ¿Sabes que puedes bonificarte 260 euros por la formación en el puesto de trabajo que recibe cada trabajador? ¿Sabes qué es lo que tendrías que hacer para poder bonificarte la formación de estos trabajadores de nueva incorporación? Seguro que puedes transformar una actividad de formación en una acción de formación.
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