Revista digital
TRIBUNA
octubre 2015

¿Me voy o no me voy de mi empresa?

Andrés Fontenla,
Director General de Fontevalue Consulting

 
Andrés FontenlaHace tiempo que ya no te sientes cómodo en tu trabajo. No sabes si eres tú o es el entorno, pero incluso crees ver un ambiente enrarecido. Intuyes que es el momento de alzar el vuelo. Esta idea te atrae y te da vértigo. Una y otra vez te preguntas, ¿qué hago?
Para analizar un posible cambio lo primero es responderse a preguntas del tipo: ¿Qué estoy aportando al negocio? La respuesta aporta el enfoque pragmático. ¿Cómo conecta mi aportación con la estrategia de la empresa? Aquí aparece la perspectiva. ¿Estoy creciendo profesionalmente? La contestación nos habla del desarrollo de carrera y ¿disfruto en este ambiente y en mi relación con los demás? La dimensión humana aparecerá en la introspección.

Por lo general los cambios profesionales suelen estar vinculados a la culminación de un ciclo, bien de desarrollo personal o bien por la propia empresa o actividad, por no hablar de los avatares del entorno económico. Un proyecto que has emprendido y desarrollado y que se encuentra ahora estancado, un mercado que está a todas luces agotado para tu producto, un equipo humano que ya no te responde, unas relaciones enrarecidas con tus jefes o tus pares, un desencanto con la propia empresa…

En estos avatares, lo importante es tener conciencia de que ese ciclo llega a su fin para poder anticipar cuál será tu próximo paso ya que si estás preparado para ello, el cambio será sin duda una oportunidad. Por el contrario, si no lo ves venir, supondrá seguramente un retroceso y muchos quebraderos de cabeza, con independencia de que en la mayoría de los casos implica un enriquecimiento personal aunque no por ello menos doloroso.

En ninguna etapa de la vida, el camino profesional debe dejarse a la improvisación. Aunque siempre hay una nueva oportunidad para rectificar, la factura de los errores es más costosa a medida que se avanza en experiencia. Lo que mejor funciona es por un lado tener las ideas claras, lo cual implica reflexión y análisis periódico para saber hacia dónde orientarte y, por otro lado, la proactividad en perseguir aquello que te interesa.

Siempre es conveniente dejarse asesorar por los que te conocen de cerca en todos los ámbitos, tanto en la parte personal, con la participación de la familia y las amistades, como en la profesional en donde puedes apoyarte en coaches y orientadores, así como personas influyentes.
Todos ellos te pueden proporcionar una visión más completa.

Dentro de la empresa además habrás tejido relaciones de confianza y de oportunidad que te han permitido desempeñar tu cometido y considero que es importante minimizar la frustración de expectativas en este colectivo. Al mismo tiempo es necesario aplicar una gran discreción para evitar que el tema se vaya de las manos, la cual será normalmente tanto mayor cuanto menor sea el tamaño de la empresa. A menudo en las grandes empresas se puede hablar con un mentor o con el departamento de personas si han tenido una involucración en tu seguimiento. Especial atención tiene el supervisor directo, con independencia del tamaño de la empresa, y compartirlo con él estará en función del tipo de relación que se haya construido.



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