Revista digital
TRIBUNA
febrero 2004

Trabajo para el 2004: más, pero dudas sobre el futuro

José Ramón Pin,
profesor de IESE

 
José Ramón PinLos datos del INEM, la encuesta de población activa y las noticias internacionales, apuntan una mejora de la situación laboral en España en el 2004, con un comportamiento razonable en los últimos años, especialmente en comparación a algunos vecinos europeos. En el 2003 se crearon 461.000 nuevos empleos en España, el 98% de los que se incorporaron a la población activa encontraron algún empleo, aunque el paro seguía por encima del 10% (11,2).
Dos datos retrospectivos: uno malo y otro bueno, el empleo juvenil y el femenino. En España el empleo juvenil se contrajo un 2,5% el año pasado, la tasa juvenil de paro subió un 0,1% hasta el 22,2% y las perspectivas para el primer trimestre del 2004 en España y Europa no son mejores. Por el contrario, el empleo femenino se comportó favorablemente, la tasa de desempleo bajó el 0,8% situándose en el 15,6%, por encima de la de los varones, pero en clara tendencia de mejora.

Para el presente año y el principio del próximo las previsiones empresariales son favorables. Incluso en Alemania. Y, ya se sabe, que en la economía a corto plazo, el comportamiento depende de las expectativas. Así que podemos ser optimistas.

No obstante, cuando lo que cuentan son los datos fríos, como ocurre con previsiones a un plazo mayor, la situación no es tan clara. Un dato en contra es el enorme déficit público de EEUU y la falta de estabilidad presupuestaria de Inglaterra, Alemania, Francia, Italia y otros países menores de la UE en contraposición con España. Según la praxis macroeconómica, el déficit público acaba en tensiones inflacionistas, estas en medidas monetarias de los Bancos Centrales (la Reserva Federal y el BCE) que suben los tipos básicos de interés, encarece la inversión, retrae el consumo, produce atonía económica y desempleo ¿Es seguro que ocurrirá esto? No sabe si se cumplirá el vaticinio, o si los gobiernos tomarán medidas que modifiquen y reduzcan este riesgo, o si otros factores incidirán en un cambio de rumbo. Pero, desde luego, no parece probable que ocurra antes de las elecciones a la presidencia americana, en otoño de este año. En todo caso la predicción es una duda para más allá del 2005.

El déficit comercial estadounidense es el otro dato “duro” preocupante. Para exportar EEUU necesita devaluar el dólar respecto al euro ¿es o no casualidad que esté ocurriendo? Eso encarece las exportaciones europeas y reduce su competitividad. Otro factor contra la creación de trabajo.

¿Cómo responderá la UE? De ello dependerá la reactivación de su economía. La respuesta correcta es aumentar la productividad. Eso se puede hacer trasladando producciones a los nuevos países de la UE con sueldos mucho menores y tecnología en proceso de mejora ¿Nos suena? Claro está, en contra de países como España.

Pero aún podemos adelantarnos a esa fecha, haciendo que nuestra productividad aumente con: inversión en tecnología, capacitación laboral y un mercado de trabajo más eficiente. Retos para las personas, empresas, agentes sociales (patronal y sindicatos) y el Gobierno que salga de las urnas el 14 de marzo.

Invertir en tecnología exige recursos e imaginación, medidas fiscales favorables y esfuerzo conjunto del sector público y privado. La formación es absolutamente necesaria. Sin ella ni hay utilización eficiente de la tecnología, ni creatividad, ni iniciativa. Pero estas medidas tardan en dar resultados. Lo que responde más rápido es hacer más eficiente el mercado de trabajo. Conseguir un encaje fluido, dinámico y eficaz entre oferta y demanda de trabajo.

Todos lo saben. Hablan de reforma laboral, una forma eufemística de nombrar la necesidad de flexibilizar contratos y despidos, jornada, horarios, movilidad geográfica, la movilidad funcional.

De hecho, el mercado laboral español es más flexible de lo que parece debido al alto porcentaje de empleo temporal. Esto hace que mucho trabajador acuda allí donde es necesario y que el empleador lo tenga mientras lo necesite. Pero, además de los inconvenientes personales de la falta de seguridad en el empleo y los perjuicios sociales, el exceso de trabajador temporal dificulta la gestión del conocimiento en las empresas, una de las claves de la competitividad. Así que, cara al 2005, necesitamos aumentar la flexibilidad mejorando la estabilidad al empleado ¿Cómo hacerlo? Es el gran reto.
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