Bienestar emocional de los empleados: la acción es lo que cuenta
Rafael San Román,
Psicólogo, Content & PR Manager de ifeel
En la vida en general (y en el trabajo en particular) conviene no llegar tarde a las cosas importantes. Si se llega, lo que hay que hacer es tomar nota y mejorar la puntualidad en lo sucesivo, por ejemplo en lo que se refiere a la salud física y psicológica de los empleados. Afortunadamente, siempre es un buen momento para potenciarla a través de medidas eficaces de abordaje de los problemas pero, sobre todo, con prevención: a la hora de detectar posibles factores de riesgo psicosocial y corregir su efecto conviene no ser demasiado impuntuales si se quiere evitar las peores consecuencias.
En ifeel sabemos que uno de los métodos más elementales para cumplir con este objetivo es pasar de las palabras inspiradoras y las buenas intenciones a las acciones concretas. Solo así es posible generar un impacto verdaderamente positivo en la vida de los empleados. Sin ir más lejos, hace algo más de un mes celebrábamos el Día Mundial de la Salud Mental: ¿hemos olvidado el bienestar corporativo al acabar esa fecha clave o hemos traducido las reivindicaciones sobre salud mental en el entorno laboral a una verdadera estrategia de bienestar psicológico para el equipo?
Como indicábamos al principio, la buena noticia es que, cuando se trata de fomentar el bienestar de los empleados, siempre estamos a tiempo y nunca es tarde para empezar a actuar. Dicho de otro modo, siempre es el mejor momento para tomar decisiones eficaces sobre bienestar corporativo, especialmente si nuestra estrategia al respecto todavía está algo inmadura pero también si ya estamos actuando. Cada día es un buen día para plantearse qué puede facilitar de manera más eficiente la vida de nuestros empleados, favoreciendo su rendimiento de una manera sostenible y aumentando su compromiso con la compañía.
Por tanto, más allá de las referencias a la puntualidad, queremos llamar tu atención sobre la cuestión de fondo: ahora que hemos tenido varias semanas para reflexionar respecto a todo lo que se dijo el Día Mundial de la Salud Mental, revisar metodologías, programar el siempre trepidante último trimestre… ¿qué habéis decidido hacer hoy mismo, la semana que viene, durante los próximos meses, para mejorar vuestra vida tanto dentro como fuera del trabajo?
En este sentido, invitamos a los empleados de cualquier empresa pero, sobre todo, a aquellos que tienen la responsabilidad de liderarlos, a que establezcan una buena combinación entre observación, reflexión y acción. Desde este punto de vista, ¿qué ideas se os han ocurrido entre todos para fomentar un buen clima laboral y mejorar la experiencia de todos los empleados?, ¿qué hábitos saludables habéis empezado a adquirir en el día a día de la oficina? ¿Qué dificultades o resistencias estáis encontrando para pasar del dicho al hecho?
Si la respuesta a estas preguntas es que, pasado el momento de inspiración, no ha cambiado nada realmente significativo por las rutinas, la falta de ideas o la falta de estructura, es probable que pronto os encontréis con un problema corporativo importante relacionado con el bienestar de los empleados, si es que no ha aparecido ya. Y ya sabemos que, aunque nunca es tarde para intentar evitar el mal rendimiento, las bajas médicas por problemas de salud mental, la desintegración de los equipos, el burnout, la fuga de talento… mejor prevenir lo antes posible.
Se trata de que en el nivel particular de cada miembro del equipo y también desde los puestos de liderazgo las personas actúen para cambiar aquello que no favorece ni su bienestar ni su rendimiento. Este es un buen punto de partida para funcionar mejor como empresa sin descuidar la parte humana.
Para dar los siguientes pasos están, además de las buenas ideas y la buena voluntad, la ayuda de los profesionales: el asesoramiento por parte de expertos en bienestar laboral, a través de un programa de bienestar en empresas, que permita implementar una verdadera estrategia de salud emocional. Son ese tipo de procesos los que, adecuadamente implementados, acaban mejorando la vida y la productividad de todos los miembros del equipo.
En definitiva, lo importante es que dentro de las empresas exista una coherencia suficiente entre la filosofía y la acción, ya que confiar “a secas” en que cada cual se responsabilice de su propio bienestar al margen de cuestiones corporativas no es muy eficaz como estrategia de prevención o de abordaje de los problemas. Mejor tener en cuenta cada día (no solo los señalados) todos los factores que influyen en el bienestar de los empleados y dejarse asesorar por aquellos que saben del asunto para actuar, de manera sistemática, a favor de una adecuada salud laboral.