Revista digital
TRIBUNA
septiembre 2022

Nuevas maneras de entender la flexibilidad laboral

Rafael San Román,
Psicólogo, Content & PR Manager de Ifeel

 
Rafael San RománComo tantos otros aspectos del ecosistema laboral, la flexibilidad laboral ya no es lo que era. Surgen nuevas circunstancias sociales e individuales, la mentalidad de los trabajadores cambia y también lo hace su manera de relacionarse con las organizaciones.
Diseñar su puesto de trabajo a su medida parece uno de los sueños profesionales de cualquier empleado. Sin embargo, en ifeel sabemos que, para que eso suceda, es importante que esa persona sepa qué quiere o qué necesita para trabajar mejor, es decir, para vivir mejor. También debe saber definirlo de manera operativa y, por último, sentirse autorizado a solicitárselo a su empresa.

Por otro lado, no puede existir flexibilidad laboral alguna en una organización rígida, preocupada solo por los perfiles profesionales de sus empleados pero despreocupada de las características y circunstancias personales de sus trabajadores. Es decir, una empresa desvinculada de los verdaderos beneficios para empleados.

Todos sabemos que si los juncos fueran rígidos no soportarían ningún vendaval. Del mismo modo, los edificios construidos en zonas sísmicas no solo necesitan unos cimientos potentes sino, sobre todo, una gran capacidad para asumir las vibraciones del suelo y, literalmente, acompasarse a ellas para no derrumbarse del todo.

Las empresas que proporcionan a sus empleados las condiciones adecuadas para trabajar con flexibilidad laboral son aquellas que mejor se están adaptando a los cataclismos laborales que vivimos hoy en día. Es como si supieran leer las vibraciones del suelo, la potencia de los huracanes y el grado de inclinación que deben permitir a sus muros para no venirse abajo cuando vienen los problemas.

Tradicionalmente se ha entendido la flexibilidad laboral de una manera bastante reducida. Unas adaptaciones del horario aquí y allá, algunas modificaciones económicas… Poco más. Hoy en día, sin embargo, las necesidades expresadas por los trabajadores respecto a su bienestar laboral están ensanchando la manera de entender la flexibilidad laboral.

El horario sigue siendo el principal escenario para ello, pero no solo en cuanto a la hora de entrada y salida, sino también sobre el número de horas que realmente es necesario trabajar cada día para lograr los objetivos. Por tanto, hoy en día los responsables de RRHH pueden (y deben) plantearse nuevas formas de usar y distribuir el tiempo para resultar eficientes.

Esto tiene mucho que ver con el segundo escenario clave en el que nos planteamos la flexibilidad laboral: el lugar donde ocurre el trabajo. Es evidente que muchas empresas no pueden (o no quieren) desarrollar nuevos formatos de trabajo que aporten a sus empleados mayor flexibilidad laboral. Otras, sin embargo, dialogan abiertamente con los miembros del equipo acerca de qué conviene más a cada uno en cada momento: presencialidad, trabajo en remoto o bien un modelo híbrido.

Por último, y sin desviarnos de estas cuestiones, la flexibilidad laboral también alude a la capacidad de los empleados para diseñar su propia agenda de objetivos, en función del control particular que quieren ejercer sobre su tiempo y de los resultados que deseen obtener en términos de salario y económico y emocional.

En definitiva, los managers de Recursos Humanos que sepan entender la nueva flexibilidad laboral dispondrán de un arma secreta a favor de sus equipos. Esto puede marcar la diferencia entre estar a merced del viento y los terremotos o saber adaptarse con fluidez a las exigencias de cada momento.
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