Vuelta a la nueva normalidad
Mar Garre,
Directora de Personas y Comunicación Interna de Línea Directa
Esta nueva realidad que estamos viviendo desde que empezó el estado de alarma va a cambiar para siempre las formas de trabajar y de relacionarnos.
En estos días nos hemos enfrentado a situaciones que no podíamos ni imaginar. Hemos tenido que tomar decisiones de enorme trascendencia en muy poco tiempo, adaptarnos rápidamente a situaciones desconocidas, reinventar nuestros procesos en cuestión de días y, en definitiva, aprender a gestionar en un nuevo y excepcional escenario.
En aquellos días, previos a la declaración del estado de alarma, en Línea Directa pusimos como prioridad la salud de nuestros empleados y en 48 horas fuimos capaces de tener a toda la compañía, 2.400 personas, trabajando en remoto desde sus casas a partir del 14 de marzo.
Nos sentimos orgullosos de lo que hemos conseguido y de haber sido capaces de seguir operando a pesar de todos los obstáculos. Pero eso ha sido solo el primer paso. Ahora tenemos por delante el desafío de llevar a cabo con éxito el proceso de vuelta a la normalidad, a una normalidad que será diferente y, más retador todavía, establecer las reglas del juego en ese nuevo entorno desconocido.
En este tiempo hemos aprendido mucho, muchísimo, y hemos descubierto fortalezas que no sabíamos que teníamos. Esto nos lleva a que, en este momento, tenemos que plantearnos cómo queremos ser a partir de ahora y cómo va a afectar eso a nuestra cultura. Hay cosas que han venido para quedarse y que nos harán mejores. Sin duda, el teletrabajo va a formar parte de nuestras vidas. También hemos visto que esta forma de trabajar requiere ser más organizados y ordenados, disciplinados con el tiempo y las agendas, más planificadores y, muy especialmente, que se impone otro estilo de liderazgo.
Nuestro modelo de negocio, en Línea Directa, siempre ha sido a distancia y centralizado, gestionando todo el servicio por teléfono o de manera digital, así que nuestra relación con los clientes o colaboradores no se ha visto alterada. Lo que nos ha cambiado es la forma de trabajar entre nosotros, acostumbrados a estar juntos y compartir todo en persona.
Hemos descubierto que podemos operar así, que la compañía funciona y que mantenemos el servicio a nuestros clientes con toda la normalidad que nos permiten las limitaciones del estado de alarma. Nuestros proyectos estratégicos siguen saliendo adelante en su plazo, impulsados con más empeño y energía que nunca por parte de los equipos implicados. En este sentido, estamos impresionados y enormemente orgullosos de las personas de Línea Directa, que han demostrado una profesionalidad y compromiso excepcionales.
Por tanto, hemos comprobado que tenemos una enorme flexibilidad y podemos funcionar perfectamente en remoto, pero también nos hemos dado cuenta de todo lo que nos perdemos de esta forma, la falta de contacto personal, ver a tus compañeros, sus sonrisas, los espacios de creatividad… Echamos mucho de menos cosas de las que antes disfrutábamos sin ser conscientes de ello.
Cuando volvamos nos encontraremos con espacios diferentes y nos tendremos que acostumbrar a no darnos la mano, pero seguiremos siendo los mismos, con nuevas habilidades y experiencias adquiridas durante este tiempo, que tendremos que poner en valor para hacer de esta nueva realidad una realidad mejorada.