Revista digital
TRIBUNA
diciembre 2014

¡Ser global, de verdad!

Patricia Enríquez,
head of Human Capital Solutions de Lukkap Spain

 
Patricia EnríquezLas empresas globales deben hacer lo imposible por satisfacer las de sus empleados embarcándoles en un proyecto común
El hecho de que la globalidad ha pasado de ser un concepto a ser una realidad es algo indiscutible.

Cada vez son más las empresas que están presentes en dos o más países: comercializando sus productos y ofreciendo sus servicios, atendiendo las demandas de millones de clientes a lo largo de todo el globo y empleando y gestionando a cientos de miles de personas de diferentes nacionalidades y culturas bajo la misma marca.

Son muchas las ventajas que ofrece la globalidad (crecimiento del negocio, diversificación del riesgo en diferentes mercados, acceso a talento en diferentes países…), pero también supone muchos retos: el establecimiento de una visión compartida de compañía logrando que todos los empleados “remen en la misma dirección”, la operación local del negocio en los diferentes países dando una imagen homogénea de marca, el hacer que todos los empleados se sientan parte de una cultura única y lograr vencer las principales barreras de la comunicación (costumbres, orden social, idioma…), entre otros.

Todos conocemos casos sonados de empresas que han sido exitosas en su aventura de convertirse en empresas globales: Inditex, Banco de Santander, IKEA, Apple, … La pregunta es ¿qué han hecho estas empresas para lograr pasar de ser empresas locales a empresas globales? ¿Podemos asumir que una empresa internacional por el mero hecho de operar en varios países es una empresa global?

Si los empleados de los distintos países no interaccionan entre sí, si cada país opera de manera independiente y se limitan a reportar indicadores y resultados a la matriz, o si no son capaces de entender y resolver las diferencias (culturales, organizativas, geográficas…) entre los distintos países, no será una empresa global.

Entonces ¿qué es lo que realmente diferencia a una empresa global? La capacidad de trabajar con equipos o personas de diferentes nacionalidades y culturas, en la que los empleados interactúan y aportan su singularidad, su experiencia y sus conocimientos a una cultura y una visión común, venciendo barreras más allá de la comunicación, lo que conlleva a una mejora de resultados.

Las empresas globales deben hacer lo imposible no sólo por lograr satisfacer las necesidades de sus clientes en todos los países en los que opera sino que también deberán satisfacer las de sus empleados embarcándoles en un proyecto común. Algunas prácticas que pueden ayudar a ello son las siguientes:

• Visión de compañía única y compartida: Establecer una visión de compañía única, involucrando a los diferentes países en la definición de la misma y haciéndoles entender cómo desde sus mercados pueden contribuir a alcanzar los objetivos globales de compañía.

• Cultura global: Implantar una cultura corporativa global. Para ello, es importante contar con una serie de políticas comunes, de aplicación en los diferentes países, así como bajar los valores a comportamientos concretos, visibles y medibles, premiando y reconociendo dichos comportamientos en los diferentes países.

• Comunicación: Reforzar la comunicación corporativa potenciando el uso de un idioma global (generalmente el inglés) y entendiendo que la percepción de un determinado mensaje cambia según el punto de vista determinado por la cultura de aquellos que se comunican.

• Sistemas de gestión del conocimiento: Asegurar a los empleados el acceso a sistemas y herramientas de gestión del conocimiento, ofreciendo a los diferentes grupos de trabajo, un lugar donde intercambiar y compartir información y conocimientos con otros empleados. Además, el acceso será permanente, 24x7, para permitir a los diferentes equipos trabaje en diferentes franjas horarias.

• Trabajo en equipo: Los principales problemas a la hora de trabajar en equipo cuando se es parte de un equipo global surgen cuando los integrantes del mismo no son capaces de comprender las diferencias determinadas por la cultura de cada país (en la comunicación, las tradiciones y el pensamiento). Por ello, será necesario formar a los miembros del equipo para que estén al tanto de lo que puede generar dificultades en la comunicación y/ o conflicto entre diferentes culturas. Es recomendable además que los miembros de los equipos tengan ocasión de verse de vez en cuando, para favorecer el trabajo en equipo. Igualmente, a la hora de establecer la dinámica de trabajo, el responsable del equipo deberá tener en cuenta las diferencias culturales, horarias y organizativas de los distintos miembros del equipo para evitar posibles malentendidos.

• Crecimiento global: Ofrezca a sus empleados oportunidades reales de desarrollo global, personal y profesional, estableciendo políticas de movilidad internacional y facilitándoles el acceso a formación local e internacional.

Tenga en cuenta todos estos factores. En caso contrario si su empresa es internacional, se quedará sin ninguna ventaja de ser global y todas las complejidades de operar en diferentes mercados.
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