Nuevas generaciones, un soplo de adaptación para las empresas
Mª José Fraile,
directora corporativa de Recursos Humanos de Meta4
El varapalo sufrido en los últimos años debido a la crisis, ha llevado a empresas, empresarios y trabajadores a adaptarse a un escenario complicado e, incluso a veces, incierto. Estos cambios están obligando a las compañías a replantearse su modo de hacer de negocios, y a los empleados su forma de enfrentar la situación económica con más trabajo y, en ocasiones, menos sueldo.
Al mismo tiempo, las compañías también están viviendo un profundo cambio interno que les está obligando a mejorar su gestión para asegurarse mayor estabilidad y garantías de éxito. Uno de los elementos que está afectando a las empresas es la convivencia de diferentes generaciones dentro de un mismo periodo temporal. Por primera vez, cuatro generaciones con valores marcadamente diferentes están trabajando juntas, y tienen que entenderse e interrelacionarse dentro del mundo laboral.
La primera de ellas, es la generación U, empleados cercanos al momento de su jubilación, cuya vida laboral se ve alargada, a veces de modo voluntario o, tal y como parecen propiciar los recientes cambios legislativos, de modo “obligado”. Son profesionales que proceden de un sistema de organización del trabajo donde la lealtad y el servicio son claves y cuyo conocimiento y experiencia son fundamentales, sobre todo en determinados sectores donde la escasez de recursos es obvia. La generación de los Baby-Boomers, donde la dedicación al mundo del trabajo es un valor indiscutible aún por encima de otros ámbitos personales.
Su principal motivación es, sin duda, la motivación al resultado y al logro, independientemente del número de horas necesarias para conseguirlo. La generación X/Y donde el ámbito personal cobra una importancia crucial y sus valores giran a encontrar un equilibrio personal y laboral prima por encima de cualquier otra cosa. Y por último, la generación más joven, la generación Z, 2.0, donde la conciencia de globalidad y relación social a través de los medios tecnológicos a su alcance hacen que su concepto de compromiso con el empleador sea totalmente diferente al hasta ahora conocido: estarán allí donde puedan acceder más “cómodamente” a lo que les interesa. Toda esta diversidad de valores llevará a las empresas a personalizar cada vez más las políticas de motivación, captación y retención, en función de a qué tipo de colectivo van dirigidas.
La retadora integración de la diversidad cultural es otro de los aspectos al que están accediendo diferentes compañías, empleados provenientes de diversos países y continentes. La globalización ha traído consigo una diversificación geográfica hasta ahora desconocida. Esto incluye una diversificación también en el empleo, de tal manera que, se tendrá que tener en cuenta que cada vez se multiplicarán las nacionalidades de las plantillas con sus peculiaridades culturales. Si a esto añadimos que, gracias al avance tecnológico, el mundo del trabajo y sobre todo en determinados entornos, cada vez precisa menos de un entorno físico común, podemos encontrar equipos cuyos miembros están distribuidos por cualquier parte del mundo.
Sin duda, las empresas han de adaptarse para proporcionar a los responsables de los equipos de procedimientos, políticas y herramientas que les faciliten el trabajo en pos de unos objetivos comunes. Y por supuesto, habrá que dotar a estos directivos y sus equipos de los apoyos formativos necesarios para conseguir optimizar tanto su comunicación como el seguimiento de la evolución sin estar presentes todos los días en el mismo entorno. Esto supondrá un cambio importante en el modus operandi de nuestras organizaciones.
Observando todos estos aspectos, no nos ha de extrañar mi visión del futuro de las empresas: distintos tipos de personas con diferentes requerimientos, y en ocasiones en diversas ubicaciones, a los que se debe alinear para conseguir un objetivo común y transmitir una cultura de empresa unificada. Todo ello, con el fin de superar el complicado momento actual y consolidar el crecimiento de las empresas.