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TRIBUNA
junio 2020
Llegó la quinta revolución industrial, pero cambió nuestro nivel de conciencia?
Javier Krawicki,
Cofundador de Nawaiam
Es como si se hubiera ralentizado el tiempo y de repente, el mundo cambió. Para muchos esto podría ser un deja vu, y pareciera una auto contracción en el tiempo. ¿Es una transformación? ¿Un cambio de paradigma? ¿Un hito en nuestra historia? ¿Es una llamada a despertar y hacer cosas diferentes? Lo que sí está claro es que esta fue y es una crisis nueva y distinta. Crisis desde el punto de vista de oportunidad y de una nueva restricción que nos indica nuevamente por donde debemos transitar.
Firmemente lo que cambió es el “aquí y ahora”, e indudablemente las reglas del juego cambiaron. Tras estas palabras se me viene a la mente la teoría de Darwin, donde la evolución y adaptación nuevamente son los grandes protagonistas.
¿Pongamos el título que pongamos, es un jaque mate a todos nuestros objetivos, metas, planes y hasta de nuestra forma de ser y vivir, libres?
La gran pregunta que debemos hacernos es: ¿tenemos que aprender algo de todo esto? Vamos aprender algo “cuando pase el temblor”? Me imagino que sería un hermoso punto de partida.
Independientemente de esto, hoy las energías estarán en re organizar, re ordenar nuestros procesos, nuestros trabajos, pero ante todo cuidar y mantener estos. Volvemos a la base de la pirámide del psicólogo Abraham Maslow, donde viajamos nuevamente dentro de la jerarquía de las necesidades.
Hoy las prioridades cambiaron, debemos re equilibrar las dimensiones de nuestro trabajo, de nuestros objetivos, de nuestra vida. La gran pregunta es… ¿quiénes tienen la sabiduría necesaria para estar a la altura de esta crisis? ¿Los CEOs están y estuvieron preparados? ¿Y los Directores de Recursos Humanos? ¿Y los emprendedores?
Creo que las misiones, propósitos y objetivos no cambiaron, pero indudablemente hay un gran cambio en el viaje hacia ellos, donde tendremos que analizar, nuevamente, como llegaremos a estos. ¿Será de la misma manera? ¿Distribuiremos la misma energía que antes para los procesos? La respuesta está en cada organización, pero acá me parece más importante la pregunta, más que la respuesta. Y sin lugar a duda, cada respuesta es transitoria.
La digitalización, los procesos a distancia, el teletrabajo, han tomado un rol fundamental para poder continuar operando. Repito, continuar operando, no cumpliendo con los objetivos.
La invisibilidad no es lo mismo que la indiferencia, y hoy lo invisible se vuelve el factor más importante. Desde una conexión a internet hasta una venta online, viajando por educación a distancia y hasta creando nuevos puestos de trabajos.
Recordemos que la Cuarta Revolución es la sumatoria de: lo físico, lo digital y lo humano. Donde hoy una gran parte de la resolución de problemas en las empresas y sociedad desemboca en la gestión y administración masiva de datos, la big data.
Uno de los grandes desafíos para las empresas era entender si sus políticas laborales estaban o están a la altura de los cambios generacionales y de la Cuarta Revolución industrial. Así como nuestros teléfonos u ordenadores nos solicitan actualización del sistema operativo cada vez con más frecuencia, desde las organizaciones debemos actuar rápidamente. Lo que llamamos en otras palabras, gestión del cambio. Aunque creo que hoy sería: volar con el cambio.
Está claro que el COVID-19 nos ha puesto en jaque y en mi opinión aceleró la llegada de la quinta revolución industrial, donde si analizamos el principio de Pareto, el 80% de nuestros trabajos y procesos son y serán cada vez más digitales. Por ejemplo, hoy se está incrementando un 36% la selección digital de Talento y por ello hoy se lucen las herramientas que acompañaron a este proceso, tal como lo es Nawaiam la cual a través de un videojuego y con tan solo 15 minutos, logra que el candidato obtenga su perfil conductual y esto logra que la organización pueda continuar sus procesos de manera 100% online y digital.
Estamos restringidos, limitados y eso nos ayuda a canalizar, como un rio el cual sino se restringe, se provoca una inundación. Esto nos hace canalizar nuestras energías en evolucionar y estar cada vez más amigos de la tecnología y la digitalización. Por ello, es importante analizar si esta crisis nos generado otro nivel de conciencia. Lo que sí es importante es tener conciencia digital y saber administrarla, y ser muy pero muy consciente del uso de la información que uno obtiene y que uno comparte con los millones de herramientas y plataformas actuales.
Con la llegada de esta quinta revolución industrial, surge un nuevo lenguaje que debemos aprender todos rápidamente a efectos que podamos cumplir con nuestros propósitos, nuestros objetivos.
Tenemos que buscar y encontrar la evolución constante siendo humildes, proactivos y entender las nuevas reglas del juego que, ya estamos jugando.
Firmemente lo que cambió es el “aquí y ahora”, e indudablemente las reglas del juego cambiaron. Tras estas palabras se me viene a la mente la teoría de Darwin, donde la evolución y adaptación nuevamente son los grandes protagonistas.
¿Pongamos el título que pongamos, es un jaque mate a todos nuestros objetivos, metas, planes y hasta de nuestra forma de ser y vivir, libres?
La gran pregunta que debemos hacernos es: ¿tenemos que aprender algo de todo esto? Vamos aprender algo “cuando pase el temblor”? Me imagino que sería un hermoso punto de partida.
Independientemente de esto, hoy las energías estarán en re organizar, re ordenar nuestros procesos, nuestros trabajos, pero ante todo cuidar y mantener estos. Volvemos a la base de la pirámide del psicólogo Abraham Maslow, donde viajamos nuevamente dentro de la jerarquía de las necesidades.
Hoy las prioridades cambiaron, debemos re equilibrar las dimensiones de nuestro trabajo, de nuestros objetivos, de nuestra vida. La gran pregunta es… ¿quiénes tienen la sabiduría necesaria para estar a la altura de esta crisis? ¿Los CEOs están y estuvieron preparados? ¿Y los Directores de Recursos Humanos? ¿Y los emprendedores?
Creo que las misiones, propósitos y objetivos no cambiaron, pero indudablemente hay un gran cambio en el viaje hacia ellos, donde tendremos que analizar, nuevamente, como llegaremos a estos. ¿Será de la misma manera? ¿Distribuiremos la misma energía que antes para los procesos? La respuesta está en cada organización, pero acá me parece más importante la pregunta, más que la respuesta. Y sin lugar a duda, cada respuesta es transitoria.
La digitalización, los procesos a distancia, el teletrabajo, han tomado un rol fundamental para poder continuar operando. Repito, continuar operando, no cumpliendo con los objetivos.
La invisibilidad no es lo mismo que la indiferencia, y hoy lo invisible se vuelve el factor más importante. Desde una conexión a internet hasta una venta online, viajando por educación a distancia y hasta creando nuevos puestos de trabajos.
Recordemos que la Cuarta Revolución es la sumatoria de: lo físico, lo digital y lo humano. Donde hoy una gran parte de la resolución de problemas en las empresas y sociedad desemboca en la gestión y administración masiva de datos, la big data.
Uno de los grandes desafíos para las empresas era entender si sus políticas laborales estaban o están a la altura de los cambios generacionales y de la Cuarta Revolución industrial. Así como nuestros teléfonos u ordenadores nos solicitan actualización del sistema operativo cada vez con más frecuencia, desde las organizaciones debemos actuar rápidamente. Lo que llamamos en otras palabras, gestión del cambio. Aunque creo que hoy sería: volar con el cambio.
Está claro que el COVID-19 nos ha puesto en jaque y en mi opinión aceleró la llegada de la quinta revolución industrial, donde si analizamos el principio de Pareto, el 80% de nuestros trabajos y procesos son y serán cada vez más digitales. Por ejemplo, hoy se está incrementando un 36% la selección digital de Talento y por ello hoy se lucen las herramientas que acompañaron a este proceso, tal como lo es Nawaiam la cual a través de un videojuego y con tan solo 15 minutos, logra que el candidato obtenga su perfil conductual y esto logra que la organización pueda continuar sus procesos de manera 100% online y digital.
Estamos restringidos, limitados y eso nos ayuda a canalizar, como un rio el cual sino se restringe, se provoca una inundación. Esto nos hace canalizar nuestras energías en evolucionar y estar cada vez más amigos de la tecnología y la digitalización. Por ello, es importante analizar si esta crisis nos generado otro nivel de conciencia. Lo que sí es importante es tener conciencia digital y saber administrarla, y ser muy pero muy consciente del uso de la información que uno obtiene y que uno comparte con los millones de herramientas y plataformas actuales.
Con la llegada de esta quinta revolución industrial, surge un nuevo lenguaje que debemos aprender todos rápidamente a efectos que podamos cumplir con nuestros propósitos, nuestros objetivos.
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