Revista digital
TRIBUNA
junio 2021

El mayor desafío del negocio actual

Raúl Ramos de la Torre,
CHRO de Neoris

 
Raúl Ramos de la TorreEste año evidenció uno de los errores empresariales más antiguos: pensar que las necesidades del negocio y de los clientes no son lo mismo. No es una novedad que la pandemia tuvo un importante impacto en todos los sectores. Sin embargo, pensando en positivo, también nos dio una oportunidad de crecimiento.
Particularmente, en cuanto a capital humano se refiere, nos ayudó a potenciar el esquema de trabajo remoto en beneficio de los colaboradores, y también de nuestros clientes, sin afectar la calidad del servicio que se les da y el cumplimiento de los compromisos. Mucho se ha hablado del impacto económico e industrial, pero no lo suficiente del impacto humano y psicológico. El confinamiento y la preocupación de que alguien pueda enfermar, son inquietudes que nos afectan.


Pero el confinamiento, aunado al desafío del teletrabajo, han traído otras dificultades, como implementar límites de horario, sobrecarga de trabajo, entre otros. Es decir, estar en casa sin poder vernos, también nos afecta. El ser humano es un ser social; mucho de nuestro trabajo en el día a día está en relacionarnos, y eso se ha visto afectado.


En cierta forma, muchos gestores de capital humano lo subestimamos y dimos por hecho que todo estaba igual. No nos pusimos a pensar que el colaborador está en casa y no nos sensibilizamos por la parte personal, por el esfuerzo que las personas tienen que hacer para estar conectados. La parte psicológica y emocional se minimizó. No hicimos el suficiente hincapié en el balance de vida.


La parte positiva es que poco a poco nos hemos adaptado; las cosas están tomando su dimensión y hemos encontrado un balance. El componente que nos sigue faltando, es el área de la socialización. En la coyuntura que nos encontramos, es importante darnos un espacio para tratar de preguntar cómo está nuestro interlocutor. Estamos perdiendo la oportunidad de empatizar con las personas, como antes lo hacíamos en vivo, por ejemplo, preguntando por su salud o familia, sin ir directamente a temas de trabajo o negocio.


Hoy más que nunca debemos preocuparnos por nuestros colaboradores; debemos procurar que las interacciones incluyan el componente social. Hay que intentar maneras nuevas de comunicarnos, no necesariamente por videoconferencia, también puede ser una llamada telefónica, que no siempre sea un Zoom o un Teams, para darle más versatilidad y diversidad a las conversaciones. Si bien con la emergencia sanitaria hemos demostrado que estamos listos para el trabajo remoto o esquemas híbridos, es de vital importancia dar valor preponderante a la salud y bienestar emocional de los colaboradores. El impacto en la salud del colaborador es muy importante y positivo. En este sentido, también es muy relevante el rol que juegan los líderes de equipos. Estamos aprendiendo en qué sentido debe cambiar el liderazgo vía remota.


El líder es el modelo a seguir, tiene que estar más presente que antes. Anteriormente esa presencia podía ser física, al saludar o estar en una reunión en las oficinas. Eso ahora ha cambiado.. Si ahora no buscamos esos acercamientos vía remota, no van a ocurrir por sí solos. El rol de los líderes también debe evolucionar y tiene que haber una reflexión acerca de qué acciones o actividades serán necesarias que se implementen para mantener motivados a los equipos y, sobre todo, para establecer cercanía con los colaboradores, porque los esquemas de virtualidad llegaron para quedarse; las oficinas que conocíamos anteriormente se van a convertir en espacios de socialización.


El trabajo remoto requiere un alto grado de confianza, compromiso y colaboración entre los miembros del equipo. Es fundamental que existan las bases para que sea realmente sostenible en el tiempo. Entonces, el gran desafío es cómo compensar la necesidad de mantener los vínculos, vivencias y sentido de pertenencia que se generaban en gran medida dentro de la oficina, puesto que son clave para alimentar la confianza, el compromiso y el sentido de colaboración mutua. Son cambios que demandó la nueva normalidad, el change management se dio muy rápido por las circunstancias, y los negocios que no puedan adaptarse a esto se van a quedar en el camino.


Lo que pensábamos que era parte del futuro ya está aquí, y hemos demostrado que podemos enfrentarnos a ello, siempre tomando en cuenta a nuestros colaboradores y ofreciéndoles herramientas para que puedan ser emocionalmente más asertivos. Hay que aprovechar esta oportunidad para hacer que los esquemas de trabajo evolucionen, lo cual llevará a la necesidad de rediseñar la experiencia que dan las empresas a sus colaboradores (employee experience).


Invito a todos los líderes a esta reflexión: impulsar la evolución de los esquemas laborales, sin descuidar a nuestros empleados y capacitarnos en el nuevo rol de líder en el teletrabajo. Las nuevas tecnologías han sido grandes aliados para esto y, sin duda, seguirán jugando un papel esencial para la continuidad de las operaciones y la reactivación económica en 2021.
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