Revista digital
TRIBUNA
septiembre 2016

Del malentendido a la mala comunicación

Aliocha Mussy,
directora de ProcessCom España

 
Aliocha MussyCuando dos personas intercambian información y quieren comprenderse mutuamente, utilizan un modo de comunicación que creen está adaptado a su interlocutor.
Si ese modo de comunicación le conviene al interlocutor, este "escuchará" y "entenderá" correctamente lo que le dicen. De ese modo, las dos personas pueden tomar decisiones conjuntamente y trabajar de forma eficaz.

Si el modo de comunicación no está adaptado a su interlocutor, hay un riesgo evidente de malentendido, y si no se corrige rápidamente, utilizando el estilo de comunicación más adaptado posible al interlocutor, pasarán del malentendido a la mala comunicación, con el riesgo que ello conlleva de descender, rápidamente, a un estado de estrés negativo.

Cuando nos encontramos bajo el impacto del estrés negativo dejamos de percibir correctamente la realidad, interpretamos del modo indebido los mensajes de nuestro entorno y experimentamos emociones negativas que nos conducen a un malestar más profundo. Es entonces cuando escogemos opciones inadecuadas y equivocadas en nuestras decisiones y en nuestros comportamientos.
Es sensato aconsejar a dos personas con mala comunicación entre ellas el no tomar decisiones que comprometan su relación o el futuro de su colaboración.

Según Taibi Kahler*, creador de Process Communication Model®, la estructura individual de cada persona está formada por seis tipos de personalidad. Estos tipos están organizados y representados en forma de "edificio" y el nivel de desarrollo de cada piso del edificio nos indica la escala de comodidad, de intensidad, de la que dispone la persona en cada una de esas “energías”.

Esos comportamientos son perceptibles por los demás de forma inconsciente, del mismo modo que también los emitimos así de forma inconsciente.

La buena noticia es que esos comportamientos -a través de las palabras, del tono, de los gestos, de las posturas y de las expresiones faciales- pueden ser observados y utilizados de forma objetiva según se producen.
Una vez que el orden de la estructura de un “edificio” está establecido, es muy raro que ese orden pueda cambiar. ¿Dónde se produce la evolución entonces? Dentro de esa estructura, tenemos un tipo de "Base" - fijo para toda nuestra vida -, y un tipo de "Fase" - que puede evolucionar a lo largo de nuestra vida.

Ningún tipo de personalidad es mejor o peor que otro, o más o menos inteligente. Cada uno tiene sus fortalezas y sus debilidades.


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