Revista digital
TRIBUNA
mayo 2011

Empleados más sanos para empresas más efectivas

José Manuel Fernández,
director de Saludality Health & Coaching

 
José Manuel FernándezA nadie le es extraño ya que el rendimiento de un empleado está muy relacionado con su estado de salud. Asimismo, conocemos que enfermedades como el estrés y las lesiones musculoesqueléticas, y el amplio espectro de consecuencias derivadas, son las principales causas de absentismo laboral y del presentismo, agudizado por causa de la crisis.
Uno de los resultados más evidentes es la pérdida anual de millones de euros en las empresas españolas y de una merma competitiva respecto a las empresas que previenen o tratan los aspectos de salud de sus empleados. No voy a aportar datos, no es ese el problema.

 Siendo conscientes de este hecho ¿cuál es la razón por la que las empresas no apuestan decididamente por la implementación de programas de salud? Existen algunas respuestas que el lector honesto seguro que podrá corroborar o incluso ampliar:


- Sigue existiendo una “cultura del látigo” entre muchos directivos, que no han conseguido adoptar los cinco puntos en común de las empresas más competitivas de nuestro país: confianza y comunicación bidireccional con los jefes, respeto por las necesidades del empleado, trato justo en cuanto a oportunidades y reconocimiento, promoción del sentimiento de pertenencia, creación de espíritu de equipo y no de competitividad interna.


- No existe una desarrollada cultura de salud y deportiva. La salud dejó de considerarse hace tiempo como una mera ausencia de enfermedad. Actualmente existe una concepción más holística que contempla la salud en cinco dimensiones: física, mental, emocional, social y espiritual.



- Existen dudas sobre la efectividad de un programa de salud. Fruto en parte del anterior punto, las empresas no están convencidas de que una inversión en la salud de sus empleados les reportará un retorno realmente importante en el corto, medio y largo plazo.

- Mentalidad cortoplacista. No existe una verdadera preocupación por lo que ocurrirá más allá de cuatro o cinco años por lo que las decisiones de inversión en salud se aplazan constantemente. Es más importante que el trabajador lo de todo en dos o tres años.



¿Por qué implementar un Programa de Salud Corporativo?

1. Evaluaciones de la salud. La información que tienen los departamentos correspondientes en relación a niveles de absentismo laboral, accidentes en el puesto de trabajo, reconocimientos médicos, etc. han de compaginarse con un estudio de la salud a través de cuestionarios específicos, con los cuales se pueda determinar el grado de salud y las carencias de los empleados. De este modo, se puede estimar el coste que supone profundizar en un cambio de hábitos de los empleados, el tipo de de programa a implementar o el colectivo al que irá dirigido.

2. Construcción de un business case. Conocido el colectivo al que se dirige podemos valorar el programa y determinar los objetivos de salud a alcanzar y los beneficios esperados. En términos cuantificables estableceremos número de beneficiarios, impacto global del programa en la empresa, medidores de la evolución del programa, plazos del retorno de la inversión,etc.

3. Crear un equipo de “Salud Corporativa”. Dentro de este equipo se incluirá una persona con experiencia en el desarrollo de programas de Salud Corporativa o “Coach de Salud Corporativa”, quien asesorará en el diseño e implementación del programa de actividades, teniendo en cuenta los indicadores de “riesgo para la salud” del informe previo y las solicitudes de los propios trabajadores.



4. Apoyo de la cúpula de la empresa. Un Programa de Salud Coporativa debe contar con todos los estamentos de la empresa, no sólo en palabras sino también en hechos, trasladando el mensaje de que la salud es una prioridad para la empresa. Como una última consecuencia, los objetivos de salud de la empresa han de estar alineados con los objetivos empresariales, de modo que la salud forme parte de la cultura de la empresa.


5. Desarrollar un plan de captación y fidelización de los empleados. De nada sirve todo lo anterior si el empleado no quiere participar en las actividades propuestas. Utilizar los canales de información que añadan valor a las actividades y promueven el compromiso con las mismas, contar con el aval de un reconocido experto, crear una marca del programa o un club corporativo, etc.


6. Seguimiento efectivo del programa. Es fundamental crear un sistema de medición, tanto cuantitativo como cualitativo, de la evolución del Programa de Salud Corporativo. Los indicadores más comunes son: niveles de participación, chequeos médicos, niveles de absentismo, evaluaciones de desempeño, feedbacks 360º, etc.


7. Los programa de actividades. Estos se diseñarán en función de los riesgos detectados y de las solicitudes y posibilidades de la empresa y del entorno cercano. Los programas pueden incluir: programas educacionals, programas de actividad física in-company, in-plants de salud, gimnasios corporativos, health corners, deporte corporativo, coaching de salud,etc. Todas estas actividades deben ofrecerse con el atractivo suficiente, garantizando siempre que supongan una verdadera experiencia saludable

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