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marzo 2023
Fortaleza mental: el ADN común de los triunfadores
David Reyero,
Senior HR Business Partner de Sanofi Iberia
¿Qué tienen en común en grandes deportistas como Rafa Nadal, Pau Gasol, Leo Messi, Cristiano Ronaldo, Carolina Martín, Edurne Pasaban o Serena William?
¿Qué rasgo les diferencia de sus rivales y les hace triunfar repetidamente?
Esta pregunta es esencial y extrapolable a los profesionales de un mundo empresarial cada día más exigente y competitivo.
Todos los grandes deportistas destacan por múltiples fortalezas: talento, pasión, intuición, dedicación o competitividad. Los mejores tienen un as en la manga, un elemento distintivo: su extraordinaria determinación y fortaleza mental.
Una combinación de concentración, fuego en la mirada, espíritu de superación y resiliencia que les hace triunfar repetidamente. Un “cóctel mágico” que Angela Duckworth definió como “grit” (https://bit.ly/3rwRZ9h).
Actitudes que sumadas a su talento innato les impulsa a un rendimiento superior, especialmente en momentos decisivos que exigen mayor coraje. Demuestran un foco que integra y supera los miedos y los fracasos que todos tenemos. Son así capaces de lograr el éxito conociendo y afrontando sus debilidades y superando sus errores.
Si es tan importante tendríamos que preguntarnos por qué hoy no damos más importancia a potenciar esta fortaleza mental en todos los ámbitos: educación, familia, empresa y a nivel social.
Una habilidad que más allá de la personalidad y genética de base se fortalece con entrenamiento, observando, afrontando dificultades y aprendiendo de éxitos y fracasos.
Vivimos en un mundo donde buscamos permanentemente lo fácil e instantáneo y donde la libertad no se equilibra adecuadamente con la autorresponsabilidad y el tesón. Esto nos quita frescura, capacidad de atención, tensión constructiva y sana competitividad y ambición.
Si cometemos el error frecuente hoy día de sobreproteger al talento reducimos su fortaleza mental de manera preocupante y le quitamos empleabilidad porque no le preparamos para el mundo futuro.
Muchos de estos magníficos deportistas nos dan buenas lecciones de vida porque su éxito vino precedido de grandes dificultades. Algunos ejemplos provienen de familia desestructurada como Cristiano Ronaldo, con serios problemas de crecimiento como Messi o con frecuentes y graves lesiones como Rafa Nadal.
Estos inconvenientes no mermaron su aspiración de ir más allá. Quizás incluso fueron un acicate para demostrarse a sí mismos y a los demás que podían alcanzar la cima a pesar de estas limitaciones.
Estos genios del deporte son capaces de entusiasmarnos por su gran juego y nos inspiran a alcanzar nuestra mejor versión, aunque no siempre todos son ejemplares en sus conductas diarias.
Pero fundamentalmente nos recuerdan con su testimonio vital que querer es poder. Que “son nuestras decisiones y no nuestras circunstancias las que determinan nuestro presente y futuro” como dice Tonny Robbins, gran experto en liderazgo y motivación. Que no tenemos excusas si verdaderamente queremos luchar por nuestros sueños.
Los samuráis decían que no se forjan buenos guerreros en tiempo de paz. Es difícil crecer si no hay retos a los que enfrentarse, no puedes evolucionar cuando las cosas son demasiado fáciles, cuando vives inmerso y acostumbrado en una cómoda rutina diaria.
La mejor noticia es que tenemos muy cerca a la persona que nos puede hacer más grandes, exitosos y con mayor plenitud: nosotros mismos. Todos llevamos dentro los ingredientes clave: nuestra actitud, ganas de mejorar y un foco claro en nuestro propósito vital.
David Reyero Trapiello - Senior HR Business Partner – Sanofi Iberia - Twitter: @davidreyero73 / Linkedin: es.linkedin.com/in/reyerodavid
Todos los grandes deportistas destacan por múltiples fortalezas: talento, pasión, intuición, dedicación o competitividad. Los mejores tienen un as en la manga, un elemento distintivo: su extraordinaria determinación y fortaleza mental.
Una combinación de concentración, fuego en la mirada, espíritu de superación y resiliencia que les hace triunfar repetidamente. Un “cóctel mágico” que Angela Duckworth definió como “grit” (https://bit.ly/3rwRZ9h).
Actitudes que sumadas a su talento innato les impulsa a un rendimiento superior, especialmente en momentos decisivos que exigen mayor coraje. Demuestran un foco que integra y supera los miedos y los fracasos que todos tenemos. Son así capaces de lograr el éxito conociendo y afrontando sus debilidades y superando sus errores.
Si es tan importante tendríamos que preguntarnos por qué hoy no damos más importancia a potenciar esta fortaleza mental en todos los ámbitos: educación, familia, empresa y a nivel social.
Una habilidad que más allá de la personalidad y genética de base se fortalece con entrenamiento, observando, afrontando dificultades y aprendiendo de éxitos y fracasos.
Vivimos en un mundo donde buscamos permanentemente lo fácil e instantáneo y donde la libertad no se equilibra adecuadamente con la autorresponsabilidad y el tesón. Esto nos quita frescura, capacidad de atención, tensión constructiva y sana competitividad y ambición.
Si cometemos el error frecuente hoy día de sobreproteger al talento reducimos su fortaleza mental de manera preocupante y le quitamos empleabilidad porque no le preparamos para el mundo futuro.
Muchos de estos magníficos deportistas nos dan buenas lecciones de vida porque su éxito vino precedido de grandes dificultades. Algunos ejemplos provienen de familia desestructurada como Cristiano Ronaldo, con serios problemas de crecimiento como Messi o con frecuentes y graves lesiones como Rafa Nadal.
Estos inconvenientes no mermaron su aspiración de ir más allá. Quizás incluso fueron un acicate para demostrarse a sí mismos y a los demás que podían alcanzar la cima a pesar de estas limitaciones.
Estos genios del deporte son capaces de entusiasmarnos por su gran juego y nos inspiran a alcanzar nuestra mejor versión, aunque no siempre todos son ejemplares en sus conductas diarias.
Pero fundamentalmente nos recuerdan con su testimonio vital que querer es poder. Que “son nuestras decisiones y no nuestras circunstancias las que determinan nuestro presente y futuro” como dice Tonny Robbins, gran experto en liderazgo y motivación. Que no tenemos excusas si verdaderamente queremos luchar por nuestros sueños.
Los samuráis decían que no se forjan buenos guerreros en tiempo de paz. Es difícil crecer si no hay retos a los que enfrentarse, no puedes evolucionar cuando las cosas son demasiado fáciles, cuando vives inmerso y acostumbrado en una cómoda rutina diaria.
La mejor noticia es que tenemos muy cerca a la persona que nos puede hacer más grandes, exitosos y con mayor plenitud: nosotros mismos. Todos llevamos dentro los ingredientes clave: nuestra actitud, ganas de mejorar y un foco claro en nuestro propósito vital.
David Reyero Trapiello - Senior HR Business Partner – Sanofi Iberia - Twitter: @davidreyero73 / Linkedin: es.linkedin.com/in/reyerodavid
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