Revista digital
TRIBUNA
diciembre 2021

El impacto de la curiosidad en los entornos empresariales

Iñaki Delgado,
director de RRHH de SAS España

 
Iñaki DelgadoSi nos paramos a analizar el mundo empresarial a escala global, podemos afirmar que la curiosidad está demostrando ser mucho más que un mero rasgo o un comportamiento. De hecho, se está convirtiendo en un activo cada vez más crucial para el éxito y rendimiento de las organizaciones.
Tal y como recoge un estudio de Harvard Business Review, impulsar la curiosidad en el ámbito laboral tiene beneficios tangibles para las compañías.

Por un lado, puede ayudarlas a adaptarse a las condiciones cambiantes del mercado y a las presiones por factores externos, siendo motor para la innovación, mejorando la moral de los equipos, minimizando la rotación de personal e incrementando el rendimiento general. Por otro, contribuye a crear una mentalidad enfocada al crecimiento, impulsar el aprendizaje continuo, facilitar la trasformación digital e incluso permitir que los negocios sigan siendo relevantes en un mundo en el que las tendencias y la demanda están en constante evolución.

Entender este concepto y asimilarlo como parte de la cultura empresarial es vital para conseguir que una compañía se mantenga líder en el mercado y continúe creciendo, pero también para que los empleados se sientan realizados y alcancen su mejor “yo” profesional.


¿A qué nos referimos cuando hablamos de curiosidad?

La curiosidad se define como el impulso por buscar nueva información, vivir nuevas experiencias o explorar nuevas posibilidades. Así, tiene el potencial de dar respuesta a los desafíos empresariales actuales, tales como la retención del talento, la satisfacción de los trabajadores o la necesidad de innovar y de tener una mentalidad creativa en aras de una mayor eficiencia, productividad y adaptación en tiempos de incertidumbre.

Aunque, como comentaba, la curiosidad tiene grandes beneficios en los entornos de trabajo, bien es cierto que no se puede cultivar de la noche a la mañana; se necesita tiempo, pero también intención, esfuerzo y una cultura organizacional que permita que ésta salga a relucir.

En este sentido, implementar las condiciones necesarias para su desarrollo puede ser todo un reto para los negocios, pero también una oportunidad para que las compañías pioneras a la hora de lograrlo se distancien de sus competidores, ganando cuota de mercado y reteniendo el talento entre sus filas.


Cómo aprovechar su valor y desarrollar su gran potencial

Para extraer todo el potencial que puede ofrecer la curiosidad a las organizaciones, considero que hay cinco aspectos claves en los que se debe poner el foco.

En primer lugar, creo que es importante que los líderes de la compañía y los ejecutivos de la C-suite sean los primeros en asimilar el concepto para incorporarlo en la misión, visión y valores de la empresa, así como en las formaciones que se hagan a los trabajadores y en las evaluaciones de objetivos y rendimiento. Tras concluir con éxito esta fase, los equipos, sin importar el rol que tengan, lo incorporarán como parte de su día a día.

También es crítico reconocer y aceptar la curiosidad y su valor en todo tipo de aplicaciones. Esta característica está intrínsecamente relacionada con áreas técnicas (por ejemplo, la analítica de datos o la inteligencia artificial) y con atributos personales (como el pensamiento creativo o la resolución de problemas), ambas muy importantes en el éxito empresarial.

En tercer lugar, es necesario guiar a los líderes y directores para que impulsen este concepto y reconozcan cuando los empleados la están utilizando en su día a día. Estamos ante una característica compleja, por lo que los departamentos de RRHH y la C-suite deben servir de apoyo en todo momento.

Otro aspecto clave es el proporcionar más oportunidades para desarrollar habilidades relacionadas con el análisis de datos y con la integración digital. Está demostrado que los empleados más curiosos son aquellos que utilizan fuentes de datos en su labor y que consideran a su empresa avanzada en la transformación digital. Fomentar esta habilidad en todos los niveles ayudará a las organizaciones a beneficiarse de la innovación y de insights mejorados basados en datos.

Por último, es necesario que las compañías encuentren fórmulas para interactuar con sus equipos – y con trabajadores potenciales – a través de temas relacionados con la curiosidad, tanto dentro de la empresa como en otros canales (redes sociales, por ejemplo). Esto se puede conseguir a través de contenido dedicado a cómo la organización ha implantado la curiosidad en su cultura y cómo la fomenta. Cuando un sector compite por los mejores candidatos, liderar la conversación sobre este tema puede ayudar a atraer y a retener el talento.


El presente y futuro del entorno empresarial

No es suficiente con establecer este concepto como parte del léxico y de los procedimientos de una compañía. En su lugar, las organizaciones deben involucrarse seriamente y desarrollar entornos ricos en curiosidad a través de oportunidades de educación de los empleados y de desarrollo de habilidades, así como de una mayor disponibilidad de datos e información y de avances en integración digital.

Quienes no quieran quedarse atrás en el mercado, deberán alentar a los empleados, sin importar su rango o responsabilidad, a ser curiosos.
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