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TRIBUNA
abril 2012
Reforma Laboral y Modelo de Crecimiento
Luis A. Posadas,
director general de SAVIA
Cuanto más valor añadido sea capaz de agregar un trabajador a un proceso productivo, más protegido estará del temido despidoEn estas fechas estamos asistiendo a una verdadera convulsión mediática provocada por la publicación de la nueva Reforma Laboral de 2012. ¿Quién tiene razón? ¿Es buena o es mala? ¿Para quién? Según la CEOE “va en la buena dirección, pero es incompleta”. Según los sindicatos “es un ataque frontal a los derechos de los trabajadores”. Como en la Teoría de la Relatividad, todo depende del observador.
Lo que es indiscutible es que el modelo productivo español de los últimos años ya no funciona. En mi opinión la Reforma Laboral debería actuar también como palanca de cambio de dicho modelo productivo. Dicho modelo, basado en mano de obra intensiva y poca agregación de valor, junto con la actitud irresponsable de algunas entidades bancarias y la ceguera generalizada de nuestra clase política, nos ha llevado a la situación que estamos viviendo. No entraremos aquí a disertar sobre las buenas prácticas de los bancos o de la visión estratégica de nuestros gobernantes.
El cambio del modelo, basado en la creación de valor añadido, es un requisito INDISPENSABLE para cambiar la tendencia. Pero el modelo de crecimiento no va a cambiar, como piensan algunos políticos, por poner un PC y dar un curso de Windows a todo el mundo. Para cambiar el modelo de crecimiento hay que derribar algunos paradigmas que, a mi modo de ver, están actuando de barrera y están provocando el aumento del número de parados. De todos ellos, el más relevante, en mi opinión, es el relativo al despido.
Paradigma: El empresario quiere el despido libre.
Si no hay empresarios, no hay trabajadores por cuenta ajena. Dicho esto, claro que el empresario quiere el despido libre. La estrategia última de cualquier compañía es aumentar ingresos y reducir costes dentro, evidentemente, de un marco ético que en demasiadas ocasiones brilla por su ausencia. Y el despido, cuando se produce, es un coste significativo y lo sigue siendo tras la reforma.
Pero … ¿Por qué un empresario despide a un trabajador? Simplificando mucho, podemos formular tres causas:
– Porque el valor que añade al proceso productivo es menor a su coste laboral. Si el coste laboral esta “inflado”, tanto más valor deberá añadir a dicho proceso.
– Por razones de supervivencia de la empresa. Crisis coyuntural, cambio de mercados, cambios de tendencia.
– Por otras razones. Re-estructuraciones, fusiones, concentración de mercado, u otras.
Parece razonable que un empresario cuya compañía tiene comprometida la viabilidad por la situación económica pueda disminuir los costes laborales (a base de despidos), y continuar con su actividad. Dicho de otra forma, si tengo
diez trabajadores es mejor despedir a cinco y continuar la actividad con cinco, que cerrar la compañía y mandar diez al FOGASA. Lo que no es tan razonable es suponer que una empresa vea comprometida su viabilidad porque la facturación de tres trimestres consecutivos haya sido decreciente.
La reforma actual supone un “buenismo” empresarial que, evidentemente, no existe (ni debe existir). Las empresas están para generar beneficios. En tiempos de bonanza, la causa A pasa más o menos desapercibida. Pero cuando vienen mal dadas, afloran las tres causas y comienzan los problemas. Nótese que la causa A está, de una forma u otra, presente en las otras dos.
Cuanto más valor añadido sea capaz de agregar un trabajador a un proceso productivo, más protegido estará del temido despido. Al contrario, si un trabajador es fácilmente sustituible será mucho más vulnerable a los vaivenes de la empresa. Por lo tanto, y en mi opinión, la protección frente al despido de un trabajador debería estructurarse teniendo en cuenta dos factores.
Capacidad del trabajador para añadir valor al proceso productivo. Cuanto menor, mayor protección.
Capacidad de reciclaje (suele estar asociada a la edad).
Cuanto menor, mayor protección frente al despido.
En todo caso, la protección frente al despido SIEMPRE SERA UN PARCHE. Tanto más grande cuanto menos avanzado sea nuestro sistema productivo.
¿Dónde nos lleva todo esto? Pues a lo que está en boca de todo el mundo: que el nuevo modelo productivo debe estar basado en innovación, investigación, desarrollo, bla, bla, bla … Pero ¿en qué sectores? ¿con qué dinero? ¿cómo se cambia? Es evidente que la salida de la crisis, A LARGO PLAZO, pasa por CULTIVAR EL TALENTO de las personas. Pero ¿qué es el talento? El talento no es más que la combinación de dos factores: Aptitud (Competencias)y Actitud (Compromiso). Si analizamos estos dos factores en la sociedad actual el panorama es desalentador.
Aptitud (Competencias)
El núcleo duro de nuestro modelo productivo actual se basa en mano de obra intensiva y poca capacitación. No debería preocuparnos si viéramos que nuestro modelo educativo se ocupa ya de dicha capacitación desde el principio. Pero como vivimos en el país que vivimos, observamos que no hay un pacto de estado de largo plazo entre las fuerzas políticas mayoritarias que regule la educación de nuestros jóvenes con visión de futuro a medio y largo plazo. Los resultados del informe Pisa son los que son.
Actitud (Compromiso)
Tampoco vamos muy bien en este sentido. Si miramos a un lado, vemos que se está perdiendo la cultura del esfuerzo y el mérito. Los jóvenes piensan que “papá estado” debe resolver los problemas y “sacarnos” de la crisis; también hemos oído decir que el profesor es uno más en las aulas. Si miramos hacia otro lado, vemos que la corrupción se observa como algo habitual y que, prácticamente, no tiene coste en términos políticos. Y si miramos a otro, vemos a algunos agentes sociales polarizando la sociedad con mensajes del tipo “el empresario es malo y explotador”.
Conclusión:
Estamos rodeados. El panorama, sino negro, es gris oscuro. La Reforma Laboral va “a echar” al paro a muchos trabajadores que, en mayor o menor medida, responden al patrón de la respuesta A. No obstante, creo que a medio plazo esta Reforma reúne condiciones para animar el mercado de trabajo tanto más cuanto más mejore el entorno económico internacional y bancario. Pero seguiremos hablando de PARCHES. El único modo de desterrar cualquier crisis en el futuro es fomentar el talento desde los primeros días de la escuela primaria hasta la jubilación. Transmitir conocimientos para crear competencias acordes con los tiempos y transmitir valores para fomentar el compromiso. Pero esto, tardará ...
Lo que es indiscutible es que el modelo productivo español de los últimos años ya no funciona. En mi opinión la Reforma Laboral debería actuar también como palanca de cambio de dicho modelo productivo. Dicho modelo, basado en mano de obra intensiva y poca agregación de valor, junto con la actitud irresponsable de algunas entidades bancarias y la ceguera generalizada de nuestra clase política, nos ha llevado a la situación que estamos viviendo. No entraremos aquí a disertar sobre las buenas prácticas de los bancos o de la visión estratégica de nuestros gobernantes.
El cambio del modelo, basado en la creación de valor añadido, es un requisito INDISPENSABLE para cambiar la tendencia. Pero el modelo de crecimiento no va a cambiar, como piensan algunos políticos, por poner un PC y dar un curso de Windows a todo el mundo. Para cambiar el modelo de crecimiento hay que derribar algunos paradigmas que, a mi modo de ver, están actuando de barrera y están provocando el aumento del número de parados. De todos ellos, el más relevante, en mi opinión, es el relativo al despido.
Paradigma: El empresario quiere el despido libre.
Si no hay empresarios, no hay trabajadores por cuenta ajena. Dicho esto, claro que el empresario quiere el despido libre. La estrategia última de cualquier compañía es aumentar ingresos y reducir costes dentro, evidentemente, de un marco ético que en demasiadas ocasiones brilla por su ausencia. Y el despido, cuando se produce, es un coste significativo y lo sigue siendo tras la reforma.
Pero … ¿Por qué un empresario despide a un trabajador? Simplificando mucho, podemos formular tres causas:
– Porque el valor que añade al proceso productivo es menor a su coste laboral. Si el coste laboral esta “inflado”, tanto más valor deberá añadir a dicho proceso.
– Por razones de supervivencia de la empresa. Crisis coyuntural, cambio de mercados, cambios de tendencia.
– Por otras razones. Re-estructuraciones, fusiones, concentración de mercado, u otras.
Parece razonable que un empresario cuya compañía tiene comprometida la viabilidad por la situación económica pueda disminuir los costes laborales (a base de despidos), y continuar con su actividad. Dicho de otra forma, si tengo
diez trabajadores es mejor despedir a cinco y continuar la actividad con cinco, que cerrar la compañía y mandar diez al FOGASA. Lo que no es tan razonable es suponer que una empresa vea comprometida su viabilidad porque la facturación de tres trimestres consecutivos haya sido decreciente.
La reforma actual supone un “buenismo” empresarial que, evidentemente, no existe (ni debe existir). Las empresas están para generar beneficios. En tiempos de bonanza, la causa A pasa más o menos desapercibida. Pero cuando vienen mal dadas, afloran las tres causas y comienzan los problemas. Nótese que la causa A está, de una forma u otra, presente en las otras dos.
Cuanto más valor añadido sea capaz de agregar un trabajador a un proceso productivo, más protegido estará del temido despido. Al contrario, si un trabajador es fácilmente sustituible será mucho más vulnerable a los vaivenes de la empresa. Por lo tanto, y en mi opinión, la protección frente al despido de un trabajador debería estructurarse teniendo en cuenta dos factores.
Capacidad del trabajador para añadir valor al proceso productivo. Cuanto menor, mayor protección.
Capacidad de reciclaje (suele estar asociada a la edad).
Cuanto menor, mayor protección frente al despido.
En todo caso, la protección frente al despido SIEMPRE SERA UN PARCHE. Tanto más grande cuanto menos avanzado sea nuestro sistema productivo.
¿Dónde nos lleva todo esto? Pues a lo que está en boca de todo el mundo: que el nuevo modelo productivo debe estar basado en innovación, investigación, desarrollo, bla, bla, bla … Pero ¿en qué sectores? ¿con qué dinero? ¿cómo se cambia? Es evidente que la salida de la crisis, A LARGO PLAZO, pasa por CULTIVAR EL TALENTO de las personas. Pero ¿qué es el talento? El talento no es más que la combinación de dos factores: Aptitud (Competencias)y Actitud (Compromiso). Si analizamos estos dos factores en la sociedad actual el panorama es desalentador.
Aptitud (Competencias)
El núcleo duro de nuestro modelo productivo actual se basa en mano de obra intensiva y poca capacitación. No debería preocuparnos si viéramos que nuestro modelo educativo se ocupa ya de dicha capacitación desde el principio. Pero como vivimos en el país que vivimos, observamos que no hay un pacto de estado de largo plazo entre las fuerzas políticas mayoritarias que regule la educación de nuestros jóvenes con visión de futuro a medio y largo plazo. Los resultados del informe Pisa son los que son.
Actitud (Compromiso)
Tampoco vamos muy bien en este sentido. Si miramos a un lado, vemos que se está perdiendo la cultura del esfuerzo y el mérito. Los jóvenes piensan que “papá estado” debe resolver los problemas y “sacarnos” de la crisis; también hemos oído decir que el profesor es uno más en las aulas. Si miramos hacia otro lado, vemos que la corrupción se observa como algo habitual y que, prácticamente, no tiene coste en términos políticos. Y si miramos a otro, vemos a algunos agentes sociales polarizando la sociedad con mensajes del tipo “el empresario es malo y explotador”.
Conclusión:
Estamos rodeados. El panorama, sino negro, es gris oscuro. La Reforma Laboral va “a echar” al paro a muchos trabajadores que, en mayor o menor medida, responden al patrón de la respuesta A. No obstante, creo que a medio plazo esta Reforma reúne condiciones para animar el mercado de trabajo tanto más cuanto más mejore el entorno económico internacional y bancario. Pero seguiremos hablando de PARCHES. El único modo de desterrar cualquier crisis en el futuro es fomentar el talento desde los primeros días de la escuela primaria hasta la jubilación. Transmitir conocimientos para crear competencias acordes con los tiempos y transmitir valores para fomentar el compromiso. Pero esto, tardará ...
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