Revista digital
TRIBUNA
octubre 2021

La actitud y la ilusión: factores diferenciadores entre profesionales con el mismo nivel de responsabilidad

Lorena Casado,
Recruitment manager de Talent Search People

 
Lorena CasadoLa tecnología y las nuevas generaciones han venido pisando fuerte en los últimos diez años, esto ha incentivado a que las empresas lleven tiempo trabajando e invirtiendo recursos para mejorar su negocio, contando con las personas y adaptándose a los cambios generacionales. Si bien la situación actual ha acabado de revolucionar el mercado, volviéndolo más exigente aún e impulsando políticas de retención del talento en organizaciones donde todavía no estaban presentes.
Un mercado exigente; un mundo laboral cada vez más competitivo y nuevas políticas de retención de talento.

La inseguridad que ha generado la pandemia en el último año y medio nos ha llevado, entre otros aspectos, a un mercado mucho más exigente. En nuestros procesos de selección, hemos detectado más reservas a la hora de asumir nuevos retos profesionales; incluso después de superar con éxito un largo proceso de selección, se rechaza el proyecto por miedo o inseguridad al cambio.

Por otro lado, durante la pandemia se paralizó la contratación de talento júnior y es ahora cuando, además de reactivarse, ha crecido la demanda de manera notable. Uno de los principales motivos es que las empresas están creando “cantera” de trabajadores a fin de construir una base más sólida en su estructura, generar engagement y conseguir que las personas tengan mayor recorrido profesional dentro del grupo empresarial. Desde otra perspectiva, las nuevas generaciones son cada vez más exigentes, selectivas y ambiciosas, lo cual motiva a las empresas a ampliar horquillas salariales o beneficios sociales y a desarrollar nuevas políticas de retención del talento con el objetivo de ser más competitivas o disponer de mayor poder de atracción.

En mi opinión, esta situación está generando competitividad en el mercado y está siendo un motor de cambio para el mundo laboral actual. Aunque, si para atraer y retener este tipo de talento el único factor que entra en juego es el salarial, podríamos estar generando una motivación extrínseca que a la larga no nos permita establecer lazos duraderos con el equipo. Además, esto puede suponer un incremento en la masa salarial de la empresa y derivar en una situación de “burbuja o guerra de salarios”.

En definitiva, un mercado más exigente hace que las empresas sean más flexibles y que cada vez sea más compleja la tarea de retención. Si no creamos sinergias entre retribucion, proyecto y otras políticas de retención de talento (un buen onboarding y employee experience, por ejemplo) estaremos creando relaciones con nuestros empleados más volátiles, ya que la retribución por sí sola suele tener un impacto de motivación a corto plazo.

Respecto al talento sénior, destacamos que está siendo más necesario que nunca para las empresas en la aventura de liderar y llevar a cabo los complejos planes de transformación y gestión del cambio en la tesitura actual. En conclusión, el mercado se ha reactivado y las empresas están contratando talento de diferente índole.

Por último, nuestros partners no solo buscan experiencia, potencial y actitud, sino que están haciendo especial hincapié en la evaluación por competencias. Si ya lo veníamos trabajando, ahora se ha convertido en una condición sine qua non para el proceso de selección. En nuestro caso, la pandemia también nos ha ayudado a impulsar e implementar gradualmente mejoras de procesos y políticas de retención de talento, como, por ejemplo: el trabajo híbrido, la flexibilidad o la autonomía. ¡Nos quedan muchas oportunidades a explotar!


Actitud e ilusión; nuestra visión como empresa y nuestro ADN.

Desde mi punto de vista, la motivación está relacionada con los valores de cada persona. Nuestro espíritu o visión como empresa siempre ha sido la de retener aquel talento que aporte empatía, perseverancia y tenga una cultura del esfuerzo marcada, entendiendo que el éxito solo llega con el trabajo. La actitud y la ilusión marcan la diferencia entre profesionales que están al mismo nivel de responsabilidad.

Diversión y trabajo son 100 % compatibles y encontrar el equilibrio para ambas partes supone para mí uno de los grandes retos a trabajar con los equipos.
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