Revista digital
TRIBUNA
abril 2019

La técnica del Pomodoro

Alba Giménez,
Marketing Assistant de Talent Search People

 
Alba GiménezLa concentración es un bien preciado que a todos nos cuesta mantener y más cuando se trata de un trabajo, tarea o problema. Conseguir una alta productividad no implica largas horas de trabajo ya que muchas veces resulta contraproductivo. Invertir horas y horas en un trabajo o tarea muchas veces no es la mejor opción ya que al final resulta un tiempo mal empleado y poco productivo. Por esa razón se inventa la Técnica del Pomodoro.
En la época de los 80, Francesco Cirillo que se percató de esta situación decidió crear, inspirado por el reloj de cocina en forma de tomate, una técnica de gestión del tiempo que ayudará a mejorar la productividad. Es un método basado en la división del tiempo en fragmentos de 25 minutos y descansos de 5’. Consiste en focalizar la atención sin interrupciones durante 25 minutos y seguidamente hacer un descanso de 5 minutos. Repetir este fragmento cuatro veces y el último descanso será más largo, de 20 minutos.
Es una manera de trabajar en la que se combinan la creatividad y la concentración. Pensamos de dos maneras, la focalizada y la difusa. La primera nos ayuda a focalizar nuestra atención y la otra es la que proporciona los momentos de dispersión necesarios para ser creativos.

Fases de la técnica Pomodoro
Organización
Decidir la tarea o trabajo que vamos a realizar. Debemos organizar nuestra agenda para poder tener una visión global sobre el trabajo que debemos realizar. Cada persona debe crear un espacio de tiempo adecuado e identificar las necesidades que tendrá de cubrir.

Temporizar
Programar el Pomodoro. Para esta fase será necesario hacerse con un temporizador, un reloj, cronómetro o Smartphone, cualquier herramienta que ayude a gestionar el tiempo. En esta fase también debemos prever y preparar todo aquello que creamos que nos hará falta durante los próximos 25 minutos para no caer en la distracción durante la tarea.


Concentración
Trabajar de manera concentrada e intensiva. Este se convierte en el punto más difícil, una vez concentrados debemos dejar atrás las interrupciones. Si aplicamos la técnica del Pomodoro debemos apartar las distracciones, preparemos antes el café, vayamos al baño y apaguemos el móvil. Empiezan los 25 minutos de máxima concentración.

Descanso de 5’
Si hemos hecho 25 minutos de trabajo lo que viene a continuación son 5 minutos de descanso. 5 minutos en los que debemos desconectar, apartarnos de aquello que estamos haciendo y tomarnos un respiro. Empieza el pequeño momento de dispersión y relajación que nos ayudará a focalizar a posteriori.

Extenso descanso
Debemos encadenar periodos de 25 minutos de trabajo más 5 de descanso hasta completar 4 ciclos. Una vez hayamos superado esta etapa podemos disfrutar de un descanso de 20 minutos para despejar la mente, dar un pequeño paseo o comer algún dulce. Cualquier cosa que nos ayude a emprender con ganas y concentración el próximo ciclo que se avecina.

La técnica del Pomodoro también tiene como objetivo gratificar el trabajo realizado, cada Pomodoro cumplido representa un objetivo cumplido. Ayuda a averiguar cuánto tardamos en hacer un trabajo y por lo tanto aprender a gestionar el tiempo que necesitamos. De esta manera, poco a poco, podemos ir ejecutando de manera más eficaz y rápida y aumentar nuestra productividad.

Para lograrlo y que la técnica sea efectiva debemos proteger el Pomodoro, intentar no perder la concentración y planificar nuestro tiempo de la mejor manera posible. Ganaremos en tiempo e invertiremos nuestros esfuerzos en conseguir mejores resultados. ¿Y tú, te atreves con el Pomodoro?
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