La especialización es el valor fundamental en el sector de las ETT

La gran dificultad está en que al mismo tiempo que las ETT han registrado un incremento considerable en la demanda de trabajo en los últimos meses como consecuencia del bache económico el número de ofertas de empleo ha descendido. Esta situación, que se hacía notar en España dentro del sector desde finales de 2007, deja en evidencia la necesidad de ofrecer valor a las empresas-cliente en un mercado, como es el laboral, muy sensible a los cambios económicos.

Más que apostar por la especialización en un sector específico, las ETT deben buscar la diferenciación y, más que nunca, conseguir mantenerse solventes en el mercado a través de la especialización en perfiles profesionales cualificados.

Cada vez más las empresas, especialmente en momentos difíciles y de incertidumbre como el que estamos viviendo, protegen su capital más imprescindible para el negocio, sea desde un punto de vista económico o humano. Valoran más aquellos puestos de trabajo que ofrecen alguna ventaja competitiva dentro de las organizaciones en detrimento de aquellos puestos staff que, en situaciones adversas, pueden ser fácilmente subcontratados o son prescindibles. Es fundamental crear valor para los clientes a través del reclutamiento, selección y evaluación de los candidatos cualificados para atender a sus necesidades por un periodo determinado. Hay que ofrecer a las empresas algo más que simplemente reclutar personas. Trabajar con un equipo de profesionales especializados, con una excelente formación, que pueden ser inmediatamente incorporados a cualquier organización.

En este sentido, las ETT deben convertirse en la prolongación del departamento de Recursos Humanos de cualquier empresa, aportando valor en sus procesos de administración y gestión de personal, actuando como un primer filtro en los más diferentes ámbitos y capaces de atender a los clientes más exigentes. Las nuevas tecnologías, en este caso, están teniendo un papel fundamental para las ETT, una vez que optimizan los procesos y servicios prestados, ayudan a reducir el tiempo y costes de las gestiones llevadas a cabo, además de que facilitan las relaciones entre los candidatos, las empresas cliente y la propia ETT.

No obstante, la penetración de las ETT en el mercado de trabajo español está lejos de la realidad de otros países europeos. En España, el sector gestiona sólo el 15% de los contratos temporales existentes. Además de convivir con una imagen negativa, asociada al subempleo, las ETT enfrentan restricciones legislativas rigurosas y tienen prohibido el acceso a sectores como la construcción o la Administración Pública, entre otros. A pesar de los avances conseguidos en materia de ley desde que el sector fue regulado en España hace 15 años, las ETT necesitan todavía más flexibilidad para actuar en la intermediación laboral y seguir el ejemplo de países como Holanda o Bélgica, que cuentan con mercados laborales más maduros, donde las empresas de este sector tienen más protagonismo. Las ETT en España deben convertirse en agencias privadas de empleo, favoreciendo la flexibilidad de la contratación y representando una alternativa eficiente y estratégica para combatir el problema del desempleo. Esta necesidad se hace aún más evidente teniendo en cuenta el cambio generacional y de tendencias que se vislumbra en el sector de las ETT. El perfil de los candidatos que acuden a la temporalidad como opción de trabajo o como un recurso indispensable para enfrentarse a la crisis ha cambiado considerablemente. A día de hoy recurren a las ETT desde jóvenes estudiantes, amas de casa y padres de familia hasta licenciados de distintas áreas, personal cualificado y de varias especialidades. Al mismo tiempo ha cambiado el perfil del candidato que pide cada empresa. Las organizaciones se muestran más exigentes y tienen más claras sus necesidades para cubrir un puesto de trabajo en concreto. Tanto candidatos como empresas cada vez más se dan cuenta de que las ETT son una buena fuente de reclutamiento. Prueba de ello es que en los últimos años la mitad de los trabajadores que comienza su vida laboral a través de una ETT en España ha logrado un contrato indefinido en alguna de las empresas cliente donde ha trabajado.

En la actual coyuntura es difícil, por no decir arriesgado, hacer un pronóstico de la situación de la temporalidad, en medio de una crisis económica mundial. Lo que sí es cierto es que la temporalidad está disminuyendo –entre el 30 y 40% en España–. La razón infelizmente no está en el incremento del volumen de contratos fijos en el mercado, sino en la destrucción masiva de puestos de trabajo por la recesión. Ante este cuadro, la previsión no es nada alentadora para el sector este año. No obstante queda la seguridad de que así como las ETT son las primeras en sentir el impacto de la economía en tiempos difíciles, también son las primeras en notar su recuperación y crecimiento. Queda esperar el cambio y contar con la esperanza, ya que no hay mal que dure cien años…