Revista digital
TRIBUNA
febrero 2017

Opciones de vivienda para un “expat”

Luis de Arriba,
Business Development manager de www.homeessentials.es

 
Luis de ArribaHay distintas opciones para un expatriado o “expat,” a la hora de decidir dónde va a vivir en su nuevo destino. Pero empecemos por definirlo. Se considera expatriación a la asignación de un empleado por un tiempo superior a seis meses en un país extranjero. Los empleados elegidos tienen que tener formación y habilidades para trabajar en entornos distintos, así como conocimiento de idiomas y adaptación a otras culturas.
En cuanto a los posibles destinos, podemos encontrar destinos más apetecibles, países con alto nivel de vida como EEUU, Canadá o la mayoría de los países de Europa, y otros más complicados como algunos países africanos o de Oriente Medio.

Como curiosidad, señalar que países en principio atractivos como Suecia o Dinamarca no lo son tanto, al tener impuestos en
torno al 60%.

Dentro de los alicientes que ofrecen las empresas a sus empleados para que se expatrien están las mejoras salariales, seguros médicos, vehículo privado, colegios para sus hijos y vivienda, que es el objeto de nuestro artículo. Centrándonos en nuestro país, España, es importante señalar que, aunque los precios de la vivienda en venta han caído en los últimos años, de forma acusada desde el 2008, esta bajada no se ha trasladado al mercado de alquiler, sobre todo en ciudades como Madrid o Barcelona, donde es difícil encontrar viviendas de
tres dormitorios en zonas céntricas por menos de 1.000 €/mes.

La forma más común de encontrar vivienda es a través de agencias inmobiliarias o portales de internet. La información que recibimos debe incluir, a parte del precio mensual, los metros cuadrados de la vivienda, localización, gastos de comunidad si los hubiera y si está amueblada o no (con un anexo donde se informe exactamente de los muebles incluidos). Importante señalar también que, desde el 1 de junio de 2013, deben tener una certificación energética emitida por una empresa autorizada.

Centrándonos en el caso particular de un expat que busque vivienda en España podríamos darle los siguientes consejos, que también son de gran ayuda a los departamentos de RRHH de la empresa que gestionen este proceso, sobre todo, cuando esta gestión no es algo habitual para la empresa.

En primer lugar, recomiendo contactar con una agencia inmobiliaria de reconocido prestigio, o mejor aún contratar una empresa de servicios de relocalización, llamadas “relocators”, empresas que nacieron en Estados Unidos a principios de los 70 y que están especializadas en buscar soluciones para los expatriados.

El relocator no solo busca una vivienda, si no que a través de una correcta detección de necesidades, puede encontrar una casa cerca del colegio de sus hijos, o cerca de un Club de Golf si es Ud. aficionado al mismo. Contratar los servicios de un relocator serio y profesional tiene un coste adicional, pero puede aliviar mucho estrés para el expat y su familia, y consecuentemente para RRHH.

El perfil del expatriado ha cambiado en los últimos años. Antes del 2008, solía tratarse de directivos senior, con experiencia, que se les ofrecía la expatriación como reconocimiento a su carrera profesional y contaban con presupuestos elevados (un mínimo de 3.000 €/mes para vivienda). Actualmente, se trata de empleados más juniors, a los que la expatriación les viene a veces impuesta por la empresa y su presupuesto para vivienda oscila entre los 1.000 y 2.000 €/mes. Antes, al ser más seniors, venían con su familia y buscaban chalets con jardín en las afueras. Ahora, al ser más jóvenes, no tienen hijos y buscan viviendas de dos o tres dormitorios en el centro de las ciudades, o bien comunicadas. No obstante, como curiosidad decir que los americanos e ingleses prefieren chalets y los franceses y latinoamericanos prefieren viviendas en el centro de las ciudades.

Las empresas de alquiler de muebles pueden ayudar tanto a RRHH como a los expatriados de distintas maneras. Por un lado, si deciden traer sus muebles desde su país de origen, pueden amueblar la vivienda elegida hasta que llegue la mudanza para que puedan estar “instalados” desde el primer momento en la que será su vivienda habitual. Por otro lado, si deciden no traer sus muebles, el relocator puede amueblar cualquier vivienda, sin que tengan que obligarse a elegir una vivienda determinada por el simple hecho de que esté amueblada. Con el relocator, “cualquier vivienda es una vivienda amueblada” y además así podrá elegir los muebles que realmente necesite y quiera.
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