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21/05/2014 A pesar de las normativas legales, el 51% de los empleados se lleva información sensible cuando es despedido. Así lo recoge el Estudio “Presente y Futuro del Mercado Laboral 2014”, elaborado por la consultora Lukkap.

Aunque las bases de datos de los clientes son los documentos más vulnerables, el 46% de exempleados se lleva presentaciones; el 21% se lleva propuestas y el 18% planes estratégicos y otro 18% información de producto.

¿Cuál es la razón?
El 66% se llevó información de sus propias creaciones por
sentimiento de propiedad, y el 72% pensó que le sería útil en su próximo empleo.

Ante este panorama desolador, las compañías necesitan replantearse si existe una información clara sobre la propiedad intelectual, si es posible entender que un proyecto se atribuya a la persona que lo ha creado o si las inversiones millonarias para intentar frenar estas prácticas son realmente eficaces.

Teniendo en cuenta que RRHH es el responsable de definir políticas de gestión de la información, Lukkap considera que estos datos constituyen el detonante para un cambio de tendencia en las relaciones laborales. Las barreras técnicas son la principal herramienta para evitar la fuga de información, pero no las únicas. Se ha implantado una altísima inversión en sistemas para conseguir que los tesoros de empresa no abandonen el perímetro de seguridad, pero este proceso está virando cada vez más hacia un nuevo horizonte laboral como solución al problema.

En un futuro que se acerca a pasos de gigante, las nuevas tendencias en la relación con los empleados estarán marcadas por la contratación de competencias, experiencia y tiempo. No se contratarán personas sino capacidades y surgirán nuevas modalidades de vinculación laboral, instantáneas e intermitentes. Para ello, será necesario diseñar modelos de relación dinámicos y sencillos.

Cada vez serán más las empresas que compartan profesionales y directivos, dando lugar a nuevos y sofisticados contratos en los que primarán la confidencialidad y la retribución ligada a resultados. Su expertise multisectorial será lo más valorado.

Entre las novedades más impactantes, nos encontramos ya con bancos de expertos a los que las empresas plantean retos y problemas, y el profesional que ofrece la mejor solución recibe la retribución pactada.

El empleado del futuro no admitirá ser un número más en la compañía. Por eso, exigirá una relación laboral a la medida de su situación y su momento vital. Los futuros departamentos de RRHH gestionarán el ciclo de vida del empleado y ofrecerán unas compensaciones y condiciones laborales específicas muy concretas. Actuarán como elemento de engagement, a través de planes de pensiones privados y seguros de salud, fomentando relaciones a largo plazo.

Surgirá una nueva generación de salarios que dará prioridad a la relevancia de las tareas, el tiempo dedicado a cada una y la contribución al negocio. Esto permitirá al empleado configurar su jornada y su salario según sus preferencias.

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