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13/10/2020 La crisis sanitaria derivada por la pandemia del coronavirus ha modificado por completo la manera de relacionarnos tanto a nivel social, como laboral y formativo. En este sentido, la formación virtual y online ha experimentado un crecimiento importante a nivel global y también en España.
Desde finales de 2007, el proceso de digitalización de las grandes empresas ha ejercido de palanca hacia la virtualización de la formación en idiomas, arrastrando la tendencia, a compañías de menor tamaño. Y durante estos últimos meses el COVID-19 ha impulsado aún más esta tendencia.
A lo largo de estos meses, los alumnos y alumnas se han adaptado cada vez más a los canales virtuales, eliminando barreras psicológicas y resistencias en un primer momento. En este sentido, el informe semestral de satisfacción y calidad de Astex revela que una de las claves para obtener los mejores resultados de satisfacción y académicos, es adaptar la herramienta en la que se imparte la formación virtual, a la que habitualmente utiliza el estudiante en su entorno laboral, o educativo. Esto facilita la experiencia del usuario, y convierte en más ágiles y productivas las sesiones. No hay herramientas de formación virtual mejores que otras, la mejor herramienta, es con la que el alumno se siente identificado (llámese Teams, Go to Meeting, Zoom, Google Meets, Adobe Connect, Webex,…).
Asimismo, adaptar la formación requiere un plan y/o estrategia, es decir, no se puede dejar todo en manos de la improvisación. El estudio refleja que solo aquellas empresas que vienen trabajando sobre la idea los últimos 10 años, han sido capaces de dar el paso de la formación presencial a la virtual con éxito. De hecho, un claro reflexo es el propio de Astex que viene trabajando en esta línea desde 2005 y más de 15.000 valoraciones en el semestre, no solo equiparan la calidad de la formación virtual a la presencial, sino que la mejoran en una décima. Así, los datos se mueven en valores de satisfacción medios de 3,8 sobre 4.
Una vez analizadas las cifras, si nos vamos al dato del feedback abierto de los alumnos, se observa un cambio de mentalidad, tanto en el profesional que recibe la formación, como en el responsable de formación de las empresas (y que no se debe a cuestiones generacionales, sino a los beneficios que la formación online aporta).
Recientes estudios realizados tras el COVID-19, reflejan que sólo el 33% de los estudiantes encuestados piensan que la educación presencial funciona de una mejor manera que la virtual. Los datos del estudio de Astex confirman lo mismo durante el curso 2020. ¿A qué se debe?
La formación virtual es flexible:
La formación virtual es eficaz:
Aprovechamiento y presupuesto
Cambia el canal, pero no la pedagogía
Tal y como ya indicaban al inicio desde Astex, esta es una tendencia global. A modo ilustrativo, tenemos el caso USA. Universidades prestigiosas como Stanford, George Washington, Penn o Villanova se han convertido en los principales representantes de la formación académica virtual y online y han incluido incluso sus programas de postgrado en este formato
Un estudio elaborado con motivo del impacto de la COVID-19 en la formación académica en USA, refleja que el 99,5 % de las instituciones educativas estadounidenses que participaron en la encuesta elaborada por la IIE en mayo de 2020 afirmaron haber pasado sus clases a un entorno online/virtual. Sin embargo, parece que este modelo educativo puede extenderse hasta finales de año ante la incertidumbre generada por las restricciones de viaje. En otros casos se quedará de forma permanente.
Loli Ramos 20/01/2021 a las 12:02
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