23/01/2017 · Las entrevistas o evaluación del desempeño profesional es algo a lo que se tienen que enfrentar los trabajadores de una empresa. Conocer qué busca la empresa en materia de resultados puede ser una buena forma de dar un salto en nuestra carrera. Además, este tipo de encuentros nos permite también acceder a una ocasión en la que mostrar nuestras opiniones sobre aspectos pueden mejorar o averiguar qué habilidades debemos mejorar para ascender profesionalmente.
Las revisiones empresariales del desempeño de sus trabajadores suponen una oportunidad para presentarse como un profesional poco explotado –en cuanto a su potencial- o para identificar cuáles son esas habilidades que son nuestras fortalezas y debilidades.
En este sentido, a menudo, cuestiones como la versatilidad se representan como valores personales poco importantes, aunque cada vez más empiezan a despuntar entre aquellos aspectos más buscados por las empresas. Ser polivalente o flexible, permite a las empresas disponer de una persona que se sabe adaptar a las circunstancias sea cual sea la situación, puesto de trabajo o forma de trabajar.
Según ha publicado en un artículo Fast Company, este cambio de perspectiva, por parte de reclutadores y evaluadores, es una de las consecuencias de la crisis. Con el recorte de plantillas y la posterior recuperación económica se han necesitado personas que cubran esos huecos que otros dejaron vacíos para impulsar el avance empresarial.
Además, la flexibilidad profesional trabaja en varias direcciones, es decir, ser versátil permite acumular habilidades y ponerlas en funcionamiento, discriminándolas o priorizándolas entre sí, según se necesite y dependiendo del tipo de tarea que se quiera desarrollar.
Por lo que respecta a la confrontación de problemas, la versatilidad deja cierto margen para la creatividad. Las personas buscan resolver las dificultades, aun si no disponen de las herramientas suficientes, por lo que permite acceder a soluciones nuevas que pueden generar mejores resultados que las tradicionales.
Para ser esa persona que el jefe está buscando, hay que estar dispuesto a estar en un constante y continuo aprendizaje, ya sea como una forma de ampliar nuestras capacidades profesionales como personales. De hecho, algunos estudios afirman que el conocimiento puede caducar en tan sólo cinco años y que, por tanto, para mantener su relevancia, hay que tratar de estar al día a través de tres rutinas claras: