07/03/2016 · El año pasado, un tercio de los empleados renunció a su puesto de trabajo antes de cumplir los primeros seis meses en su nueva compañía. Y es que uno de los mayores problemas de las organizaciones del siglo XXI y que causa verdaderos quebraderos de cabeza al equipo directivo es la retención de sus mejores talentos. En realidad, una tarea tan clave como la fidelización del empleado no tiene por qué ser un problema si como directivo o responsable dedicas tiempo a conocer a tu equipo más allá del trabajo y fortaleces los lazos entre ellos.
Los responsables pueden ser el mayor activo de una organización si saben cómo preparar a sus empleados para el éxito. El primer mes puede ser una gran oportunidad para conocer a los nuevos empleados y delimitar sus funciones y resultados esperados. El olor a "coche nuevo" de un trabajo se convertirá rápidamente en rutina si los empleados no conocen su cometido dentro de la organización.
A continuación presentamos cinco consejos para fidelizar a nuestros empleados
Los empleados necesitan sentirse partícipes de la organización para poder rendir al máximo y conseguir los resultados esperados. Para ello, es clave que sean conscientes de qué se espera de ellos mediante reuniones individualizadas o por equipos en las que el responsable establezca objetivos ambiciosos pero a la vez realistas de su trabajo.
Una vez pasado cada trimestre se deben volver a producir las mismas reuniones para valorar los resultados, discutir sobre los retos o dificultades encontradas y en definitiva, evaluar el rendimiento de cada empleado. Pero además de estar atento a los errores o causas del incumplimiento del objetivo, un buen líder de equipo también ha de saber apreciar y recompensar el trabajo bien hecho, cosa que aumentará la motivación de los miembros de su equipo.
La mayoría de estudios sobre retención de talento apuntan que uno de los aspectos mejor valorados por los empleados es disponer de un buen clima laboral en la oficina. Para ello es muy importante promover acciones que fortalezcan el compañerismo entre los trabajadores y estrechen sus vínculos más allá del trabajo diario.
Actividades de team-building, comidas colaborativas o salidas after work periódicas pueden ser decisivos en el rendimiento de un equipo y son algunas de las acciones clave para favorecer las relaciones interpersonales entre compañeros.
Es importante que como jefe de equipo conozcas las inquietudes de tus empleados. Resérvate una tarde de la semana a reunirte con cada uno de ellos para hacer un seguimiento de sus tareas, conocer más de cerca de sus impresiones y las dudas que les preocupan.
Puede ser decisivo para evitar marchas insospechadas y detectar frustraciones a tiempo a la vez que transmitirás una imagen de responsabilidad y empatía ante tus empleados.
4. Conocer a los empleados más allá del trabajo
En la línea de las acciones anteriores, uno de tus mayores cometidos como gestor de equipo es conseguir que tus empleados se sientan a gusto y cómodos con sus compañeros y responsables. Para solucionar la clásica barrera que suele existir entre trabajador y jefe, muéstrate cercano y abierto a darte a conocer más allá del trabajo.
Perder el miedo a mostrarte tal como eres, con tus virtudes y defectos, no tiene por qué ser una debilidad. Al contrario, quizás proyectes una imagen más humana ante tus empleados y éstos pierdan el miedo a ser honestos contigo y comunicarte sus problemas o miedos.
Si te limitas a ser un mero transmisor de tareas o evaluador de responsabilidades, en caso de que un empleado se sienta frustrado, estancado profesionalmente o atraído por una nueva oferta laboral, puede que no confíe en ti para explicártelo y acabe por marcharse sin darte más explicaciones.
A veces, salario, compañerismo o generar un clima de confianza con tus empleados no basta para retenerlos. Su motivación va mucho más allá del ámbito económico o personal y se centra también en el campo profesional y en las oportunidades de crecimiento.
Para ello, diseña planes de carrera personalizados y asigna a cada miembro del equipo proyectos que le permitan crecer como profesional. No olvides que si tu equipo no avanza, tu trabajo tampoco lo hará y puede que tu competencia como líder sea puesta en duda.
buenas tardes, se me ocurren algunas preguntas al leer esta artículo: ¿empleado o colaborador? ¿para qué los "empleados" tienen que cumplir los objetivos? ¿tengo que hacer o quiero hacer? ¿donde esta el propósito de los "empleados"? ...... saludos