11/11/2016 · Uno de los objetivos en los que todas las empresas coinciden y que los empresarios buscan es la eficiencia laboral, ya que es la que permite que la productividad y la calidad de los resultados aumente. Con esta meta en la cabeza, a menudo, los directivos de las compañías se ven inmersos en procesos de investigación, cambio y evolución de dinámicas de trabajo que permitan lograr alcanzarla. No obstante, este reto abarca muchos más campos como un ambiente laboral correcto influenciado, en parte, por una oficina con el diseño adecuado a los trabajos que se estén llevando a cabo en ella.
Los empresarios deben tener en cuenta muchos aspectos si su objetivo es lograr el éxito. Ser competitivos, competentes, ágiles de respuesta ante momentos de crisis son sólo algunos de ellos. Sin embargo, hay uno que predomina sobre los demás, la productividad, que es al mismo tiempo una de las mayores preocupaciones de estos hombres y mujeres de negocios.
Con el fin de potenciarla, los directivos buscan nuevas fórmulas que permitan aligerar el tiempo de trabajo y acortar los plazos de entrega de resultados. También conforman equipos, rutinas y estrategias olvidándose de una cuestión que, según un artículo publicado en INC, podría ser un engranaje clave dentro de la maquinaria productiva: el diseño de las oficinas.
Según INC, el éxito de una empresa y la productividad de sus empleados están directamente relacionados con el diseño del espacio de trabajo y va más allá de una selección de un determinado tipo de “pintura y mobiliario”.
Lo primero que aconsejan es crear una estrategia porque cada función o departamento tiene unas necesidades propias. Algunos necesitaran espacios que inspiren, que fomenten la creatividad, otros pueden que requieran de muchos espacios de almacenaje, un escenario pacífico y ordenado. La clave es determinar cuáles son sus necesidades y porqué, para no perdernos en el camino. Y hacerlo supone pensar en cuatro parámetros generales:
Finalmente, todo ello tiene que cobrar sentido sensorial a través de los colores, olores y disposiciones. Cada opción debe servir a su estrategia global con el fin de impulsar la productividad.
Los resultados de una buena estrategia podrían afectar positivamente no sólo al ambiente laboral, sino que también a la forma en la que se percibe la cultura de la empresa o la impresión que obtienen los clientes que visitan la oficina.