09/01/2017 · Ser amable en los negocios siempre ha sido un pilar fundamental en lo que se refiere a relaciones clientelares. Sin embargo, el filósofo Emmanuel Jaffelin también defiende que aplicar actitudes como la amabilidad en el espacio de trabajo y entre compañeros, ayudaría a las organizaciones a mejorar su cohesión, integración y resultados empresariales a través de un buen ambiente de trabajo. Y es que nada como la gratitud y las buenas formas para motivar a los empleados.
La empatía y la inteligencia emocional comienzan a ser habilidades –denominadas como ‘blandas’- que cobran peso dentro de las empresas, especialmente en los procesos de selección de algunas compañías. La razón en este giro de prioridades se debe a los resultados de varios estudios, a las opiniones de distintos expertos y a los balances de resultados de algunas empresas que han incorporado personas con estas características que han ido demostrando que la amabilidad en el trabajo revierte en un mejor ambiente y favorece la colaboración.
Dicha colaboración podría tener efectos muy positivos en momentos de crisis internas. De hecho, según el filósofo y escritor, Emmanuel Jaffelin, ser bondadoso –independientemente del estatus que se obstente dentro de una organización- resulta beneficioso en varios sentidos.
Según un artículo publicado en Le Monde, Jaffelin reconoce que “ser bueno” con los demás, lejos de ser una actitud de débiles, permite “ganar respeto y ser más apreciado” por los empleados, compañeros de trabajo y amigos. Según el filósofo la gentileza, que viene del latín (gentilis), está -etimológicamente hablando- vinculada a la nobleza y no a la debilidad.
Además, también apunta que hablar de benevolencia, implica fijar una jerarquía y que, por tanto, para marcar una diferencia real en el tipo de relación que se establece en las empresas, hay que basar la gentileza en aspectos como la sinceridad, la honestidad y la autenticidad.
“No hay que ser gentil todo el tiempo -explica Emmanuel Jaffelin- la gentileza es una moral del poder y no del deber. No es 'debo ser gentil' sino 'puedo serlo'. La gentileza es indiferente y hermética a toda postura social y viene para ‘romper’ momentáneamente el organigrama”
Finalmente, este filósofo señala que es importante entender que la dominación o autoridad dentro de la dirección de una compañía, no es un signo de fuerza, sino todo lo contrario. El totalitarismo, el despotismo y egocentrismo lleva a las empresas a tener trabajadores que no se implican con su trabajo, que siguen dinámicas de cadena y cuyos resultados se alejan de otros que sí sienten su trabajo importante, conformando parte de un equipo que trabaja al unísono por conseguir llegar a una meta afín.
Al igual que el filósofo Emmanuel Jaffelin, meses antes publiqué un artículo en Linkedin que hablaba sobre esto de la Amabilidad y las buenas personas >>>> https://www.linkedin.com/pulse/las-peores-empresas-buscan-gente-con-talento-mejores-buenas-tamayo?trk=hp-feed-article-title-share