24/10/2017 · Las pequeñas diferencias pueden tener un gran impacto. Lo que puede parecer como una mejora modesta en salud y bienestar de los trabajadores, puede tener -y tiene, según revelan algunos informes- una consecuencia financiera significativa para los empleadores. Esta ecuación es el eje central en el caso de negocio para oficinas productivas y saludables.
Según se destaca en el informe ‘Salud, bienestar y productividad en oficinas’ llevado a cabo por World Green Bouilding Council, “la inversión en personal, incluyendo salarios y beneficios, normalmente se traduce en el 90% de los costos operacionales de una empresa. Esto significa que la productividad de los empleados o cualquier factor que impacte en su capacidad de trabajo debe ser un tema prioritario para cualquier organización.
Para hacer rentable el trabajo que desempeñan los trabajadores, es necesario poner en marcha políticas que reviertan en una mejora de la calidad de vida personal y profesional de los empleados, que son y deben actuar, tal y como afirman los expertos en recursos humanos, como embajadores de la marca.
En este sentido, Up SPAIN, compañía especializada en beneficios sociales para empresas, revela que una de las claves para que esto sea así es invertir en la salud de los trabajadores, empezando por su estado emocional –con planes especiales de apoyo en situaciones complicadas- y terminando por su estado físico, a través de facilitarles servicios que les hagan más fácil llevar hábitos de vida saludables.
Un ejemplo de este tipo de prácticas es poner a su disposición el llamado Cheque Gourmet como sistema de ayuda a la comida, el cual es, según Up SPAIN, “uno de los beneficios sociales más valorados por los trabajadores y trabajadoras”.
Asimismo, hay que trabajar con ellos en una serie de pautas que les permita conocer cómo comer saludablemente y que desde la compañía concretan bajo cuatro premisas:
En este sentido, se necesita comer de todo, pero en cantidades controladas. Esto es especialmente importante en las horas de comida, dado que son en las que más tiempo se dispone y las que deben servir de recarga.
Las comidas copiosas generan digestiones largas y pesadas, lo que hace que disminuya después la concentración y los niveles de energía dado que el cuerpo está trabajando en exceso.
Del mismo modo que no hay que “pasarse” al mediodía, no hay que olvidar nutrirse a lo largo de la jornada, incluyendo las cinco comidas diarias que recomiendan los expertos en salud.
El agua ayuda a normalizar el tránsito intestinal y, por ello, se recomienda beber de un litro y medio o dos diarios, e incluso más, durante y después de la realización de ejercicios de gran intensidad, así como en las situaciones de embarazo y lactancia.
La grasa son una potente fuente de energía y son vitales ya que aportan los "ácidos grasos esenciales " que el cuerpo no es capaz de fabricar. Además, intervienen en la composición de las membranas celulares y de las estructuras nucleares. Sin embargo, es importante moderar su consumo dado su elevado aporte calórico.