5 planes para combatir la soledad en el trabajo

Obviando el problema de los ‘falsos autónomos’, las ventajas de trabajar por cuenta propia o de establecer una colaboración puntual o estable en el tiempo con una empresa son varias, aunque todas inciden en un mismo aspecto: la libertad de elección del profesional, todo y pese a que cada vez son más las organizaciones que brindan una mayor autonomía a sus empleados. De este modo, estos colaboradores son los encargados de fijar sus descansos y responsabilidades, acordando con las empresas un plan de actuación y estableciendo con ellas una relación de confianza.

No obstante, también existe un riesgo de aislamiento ligado a esta modalidad de trabajo, pues aquellas colaboraciones que no requieren de la presencia física del profesional en las oficinas de la empresa, implica tener un contacto mínimo que, a menudo, es establecido vía online, por medio de correos electrónicos o, a lo sumo, videoconferencias en las que se repasan los objetivos que se desean alcanzar y los acuerdos que ambas partes establecen para el desarrollo de dicha colaboración. Por ello la soledad es uno de los problemas que hacen que algunos profesionales no alarguen su condición de freelancers durante mucho tiempo.

Sin embargo, existen una serie de pasos a dar que pueden ayudar a reducir dicho sentimiento de aislamiento y disfrutar así de los beneficios que esta posición ofrece. En este sentido, el primero de ellos es apostar por el coworking, es decir, espacios de trabajo comunitarios que permiten a la persona salir de casa y relacionarse con otros profesionales y emprendedores con los que, quizás, establecer relaciones profesionales que nutran el conocimiento mutuo sobre distintas disciplinas.

Estos espacios de trabajo compartidos suelen disponer de muchos de los servicios que son necesarios para desarrollar la actividad profesional: conexión a internet, mobiliario adecuado, salas de descanso, cafeterías etc. Además, tal y como apuntábamos anteriormente, los espacios de coworking se han constituido una excelente vía para hacer networking de forma presencial.

Otro paso clave para incentivar la sociabilización con otras personas es el establecimiento de reuniones físicas con potenciales clientes. Siempre y cuando no suponga un desembolso económico, debido a la necesidad de viajar a otra ciudad, es recomendable reunirse en persona para, por un lado, promover el trato personal y, por otro, lograr adquirir (por parte de la empresa) y transmitir (de forma particular) esa imagen de profesionalidad que se busca.

La asistencia a eventos, foros y congresos organizados por los distintos agentes que operan en el sector en el que se trabaja es otra manera de incentivar en trato humano, pero también sirve para establecer conexiones con empresas y profesionales que pueden requerir de los servicios que se ofrece como profesional. Además, es una buena manera de observar el estado del mercado, conociendo así qué se demanda y si hay algún nicho de mercado no cubierto en el que se puede invertir a través de la formación.

En esta línea, la realización de cursos se postula como la cuarta vía para eliminar el aislamiento propio de los autónomos. De esta forma, al mismo tiempo que se refuerzan aquellas habilidades y conocimientos que las empresas pueden estar demandado, también se logra crear lazos con otros profesionales con los que, después, se pueden establecer relaciones comerciales y profesionales.

Finalmente, es clave fijar un horario en el que el profesional puede evadirse de su rutina y fomentar el trato con terceros, ya sean amigos o familia, ya que uno de los mayores problemas de los freenlancers es la desorganización del tiempo de trabajo y la hiperconectividad, entre cuyos efectos colaterales está el estrés laboral. Por ello, es importante establecer unas pautas de comunicación con los clientes con los que se colabora, garantizando así esa deseada y necesaria conciliación y tiempo de desconexión.