03/07/2020 · La transformación digital en las pymes ha dejado de ser una mera posibilidad para convertirse en una tarea ineludible para las pequeñas y medianas empresas que deseen seguir siendo competitivas. De acuerdo a Bizneo, empresa proveedora de servicios de software para recursos humanos, respetar los pasos previos e implementar un software de RRHH que optimice y facilite la digitalización son las claves para el éxito del proceso.
Según el Índice de Economía y Sociedad Digital de 2018 elaborado por la Comisión Europea, España es el décimo país en cuanto al grado de digitalización de su tejido empresarial. Y es que, diez años después de que arrancara la digitalización de los negocios a nivel global, la transformación digital de las empresas españolas sigue por debajo de la media europea.
La brecha resulta particularmente grande en el caso de las empresas de menor tamaño, pues, de acuerdo con el Informe E-Pyme de la ONTSI, apenas un 30,7% de las pymes han digitalizado la totalidad o parte de su negocio (frente al 51,4% de las compañías de mayor tamaño).
De este modo, las empresas se exponen a una progresiva pérdida de competitividad, bien por la falta de respuestas a las demandas del mercado o bien por la ineficiencia de sus procesos. La transformación digital de las pymes no puede posponerse más.
Según los expertos de Bizneo, para que una pequeña o mediana empresa pueda emprender un proceso de transformación digital en el área de Personas, se debe construir una hoja de ruta y seguir estas etapas:
En primer lugar, los responsables de la pyme deben centrarse en la definición de las necesidades y prioridades de la empresa. Hay que tener en cuenta que la transformación digital no es un fin en sí mismo, si no un canal para alcanzar otras metas y resolver problemas o disfuncionalidades que se han detectado en el modelo de negocio. La empresa debe identificar claramente cuáles son los objetivos empresariales de la digitalización y establecer sus metas.
En este punto, señalan los expertos de Bizneo, el departamento de recursos humanos juega aquí un papel fundamental. Tiene la tarea de identificar las carencias digitales en la plantilla y reducir esa brecha de habilidades con formación o con talento externo. En el caso de la selección, esta información servirá para desarrollar procesos de reclutamiento y selección por competencias más precisos.
Que una empresa no tenga una gran estructura operativa no significa que esté libre de problemas en la planificación y organización de las tareas y las funciones de los empleados. El riesgo de duplicidades o la dificultad para coordinarse también afectan a las pymes.
Por esta razón, se hace necesario centralizar todos los aspectos organizativos, incluida la asignación de tareas, el calendario de cada trabajador o las responsabilidades de cada departamento. Así, cualquier miembro de la empresa puede comprobar rápidamente qué tareas tiene pendientes y cómo avanzan las que se han asignado a otros compañeros.
Uno de los errores más comunes a la hora de poner en marcha un proceso de digitalización empresarial es poner toda la atención en las tecnologías que se van a implementar en los diferentes departamentos. Por supuesto, conviene elegir los recursos tecnológicos más apropiados para cada parcela de la actividad de la empresa.
Pero esto no significa que las nuevas herramientas deban desplazar al factor humano. Un estudio realizado por Deloitte en pymes demostró que la principal barrera que enfrentan de cara a la digitalización tienen que ver con el capital humano: insuficiencia de habilidades digitales, falta de experiencia con herramientas y poco tiempo para aprender.
Al contrario, las personas, con sus conocimientos y experiencia, son quienes conseguirán que los sistemas digitales funcionen correctamente.
Tal y como acredita el informe de Deloitte, el ritmo del proceso de digitalización puede ralentizarse tanto si los empleados como los mánagers no ponen de su parte para familiarizarse cuanto antes con las nuevas herramientas. Sin personas con ADN digital, no hay transformación.
En línea con el requisito previo de centralizar al máximo la gestión de los RRHH, el proceso de transformación digital debe involucrar a toda la empresa desde el primer minuto. Es posible que existan ciertas áreas estratégicas a las que se preste una mayor atención en los primeros compases de esta transición.
Esto no puede implicar una digitalización por departamentos o a dos velocidades, dado que no tardarían en aparecer disfunciones y la empresa perdería competitividad. También conviene transmitir el mensaje de que la digitalización del negocio no es un mero cambio metodológico o una apuesta temporal. Los cambios introducidos afectan a todas las áreas de la actividad empresarial y los nuevos sistemas de trabajo han llegado para quedarse.