06/07/2016 · Cuando eres una persona de pocas palabras, que prefiere escuchar a hablar y huye de protagonismos, entendemos que en según que situaciones, como reuniones de trabajo en equipo o con tu responsable, te es difícil encontrar tu sitio y te sientes apartado. Quizás tu jefe ya te haya explicado que debes comunicarte más y mejor con tus compañeros, ¿pero cómo cambiar la dinámica y ser capaz de hacerlo?
Según apunta la BBC aquí, hay problemas muy comunes que experimentan las personas tímidas en el trabajo. Por ejemplo, en una reunión, eres de los que optan por el silencio y queda eclipsado por el compañero más extrovertido. Dejas que tus compañeros expresen a viva voz sus posturas sobre diferentes aspectos de la vida y del trabajo, mientras que tú prefieres las conversaciones íntimas y pequeñas interacciones, hablas solo cuando tienes algo importante que aportar, eres introspectivo y analítico y a menudo te resulta más fácil expresarte por escrito que oralmente.
Susan Cain, autora del libro "Silencio: el poder de los introvertidos en un mundo que no para de hablar", apunta que los introvertidos no necesariamente son tímidos o antisociales, sino que se sienten mejor en ambientes que no sobre-estimulan y obtienen su energía de la reflexión y el silencio.
¿Pero qué pasa cuando tu jefe te reclama más interacción y protagonismo? No sufras, hay estrategias que pueden ayudarte a ganar visibilidad sin cambiar tu personalidad o sentirte incómodo, y que implican un esfuerzo por tu parte y la de tu superior:
Como es menos probable que intervengas en una reunión que otro tipo de personas, a veces puedes sentirte eclipsado o ignorado. Por eso, los responsables deben asegurarse que los extrovertidos no dominen toda la conversación y generen espacios de participación para los introvertidos.
No solo eso: hay quiénes optan por pedir directamente la opinión del tímido en medio de la reunión, o bien prefiere reunirse individualmente con él para que no se sienta incómodo y pueda expresar libremente su opinión acerca del proyecto en cuestión. Y es que ser introvertido no te convierte en una persona sin iniciativa, una lección que nunca deben olvidar los jefes.
"Al contrario. Debes ofrecerte para trabajar en el tipo de tareas en las que sabes que vas a sobresalir. Por ejemplo, puede que te vaya mejor llevando a cenar a un cliente que trabajando en un evento de relaciones públicas", señala la escritoria Sophia Dembling.
"Los jefes extrovertidos podrían asumir que los introvertidos no tienen ambiciones profesionales, así que es especialmente importante comunicarlas", concluye.
El primer error que cometen los líderes extrovertidos es usar la misma vara de medir con los empleados más tímidos que con los compañeros más expresivos. La comparación es sesgada y nunca será realista. Cuando quieras medir los resultados o la productividad de tu equipo, házlo de forma individualizada y siguiendo estrategias distintas para cada tipo de personalidad.
"Un empleado callado no significa que sea antipático o que no esté comprometido con su trabajo", explica Susan Cain a la BBC. Por eso, líder y empleado deberían consensuar cuál es la mejor forma de ser más productivo y cambiar algunas dinámicas de seguimiento tradicional si hace falta.
Mark Zuckerberg y Bill Gates, dos de los empresarios más exitosos en la historia reciente, han reconocido en múltiples ocasiones su carácter introvertido.
"Si eres astuto puedes tomar ventaja de ser introvertido y sumergirte durante días en un problema, leer todo lo que puedas y esforzarte hasta dar con algo. Luego, si se te ocurre una idea y quieres construir una compañía, más te vale contratar a algunos extrovertidos", expresó Gates en una conferencia de Microsoft en 2013.
Por otro lado, aunque es común que se asocie a los introvertidos en cargos altos dentro de empresas de ingeniería o tecnológicas, "en realidad éstos pueden encabezar equipos en cualquier sector", asegura Dembling. Además, mostrar al mundo nuestra forma de ser, por muy introspectiva que sea, nunca te va a debilitar como líder: seguramente tus compañeros aprecien el mérito y la humildad de mostrarte honesto y auténtico ante los demás.