26/10/2016 · Las entrevistas de trabajo es un trance por el que todo candidato debe pasar. El aspierante debe prepararse para mostrar su mejor versión al reclutador: investigando los valores y cultura de la empresa a la que opta a incorporarse, reforzando sus mejores habilidades y fortalezas, de forma que acabe demostrando que es el perfil que busca la compañía o, en su defecto, que mejor puede adaptarse, según las necesidades de las mismas. Sin embargo, en esos procesos de selección y, en concreto, en el apartado de la entrevista personal hay preguntas trampa que pueden acabar definiendo si estamos dentro o no la empresa.
Con el fin de ayudarnos a entender mejor cómo funciona nuestra motivación y nuestra lógica mental, la experta en búsqueda de trabajo y marca personal Vicky Oliver ha publicado '301 Smart Answers to Tough Interview Questions' (Sourcebooks), en el que presenta algunas de las preguntas más frecuentes y sus hipotéticas respuestas. Obviamente, estas no funcionan en todas las situaciones ni para todos los trabajos, pero sí permiten entender un poco mejor qué esperan los seleccionadores de personal de los candidatos. Eso sí, tal y como apunta el diario El Confidencial en un artículo, hay una regla inamovible: nunca mientas.
1. ¿Cuál es tu gran debilidad? La clave en la respuesta a esta pregunta se encuentra en evitar citar una fortaleza secreta como ser perfeccionista o exigente, haciéndola pasar por negativa. Oliver propone una alternativa semejante, pero más sincera: “Soy extremadamente impaciente. Espero que mis empleados demuestren lo que saben hacer a la primera. Si fallan, tiendo a dejar de delegar y empezar a hacer todo por mí mismo”. Aunque nadie diría que ser impaciente es una virtud, tal y como está presentada, es uno de los defectos menos veniales, ya que sugiere que eres una persona exigente y responsable.
2. ¿Por qué debería dejar que experimentases con mi dinero? Cada vez es más habitual que un profesional se recicle y opte por cambiar de carrera. Una situación que no muchos empleadores entienden y que puede dar lugar a que legítimamente te pregunten algo así. Lo mejor es presentar tu versatilidad como una virtud: “Creo que soy un mejor empleado porque he obtenido un montón de habilidades distintas”, sugiere Oliver. “Estas me ayudan a resolver los problemas de manera creativa”.
3. Viendo tu currículo, veo que te han despedido dos veces. ¿Cómo te sentiste? Explica que fue algo que te afectó (ir de sobrado no resulta convincente), que aprendiste muchas cosas de la situación y que no sólo te recuperaste, sino que tu siguiente trabajo fue mucho mejor.
4. ¿Me estás diciendo que a tus más de 40 deseas empezar desde cero simplemente para entrar en esta empresa? Hay algunas situaciones que continúan resultando chocantes para los RRHH, como es el caso de la búsqueda de un empleo de un trabajador con experiencia, que está muy por debajo de su nivel. En este caso, hay que dar a entender que si quieres el trabajo no es porque no encuentras otra cosa, sino porque te da igual renunciar a lo que sea por formar parte de dicha compañía.:
5. ¿De qué te sirve tu especialidad para este trabajo? La respuesta apropiada es señalar que la carrera te ha proporcionado conocimientos que te ayudan a entender mejor lo que realmente deseas: el puesto al que estás aspirando.
6. Si tuvieses que contratar a alguien para este puesto, ¿qué cualidades buscarías? Ante esta cuestión, uno sólo tiene dos opciones: o decir al reclutador lo que quiere oír (y quedar como un trepa) o decir lo que piensa (y llevarle la contraria al que manda). La solución, destacar algunos de tus puntos fuertes sin que se note demasiado, pero perfilando un retrato bastante semejante al de tus grandes virtudes.
7. ¿Puedes describir tu trabajo soñado? La respuesta es obvia: el empleo que siempre has querido se parece sospechosamente a aquel para el que estás aspirando. Por eso es bueno reconocerlo y señalar que esa ha sido siempre tu primera opción, y que si no te contratan, te verás abocado a una vida errante por empresas que no te gustan.
8. ¿Por qué pasaste tanto tiempo sin trabajar y por qué piensas volver ahora? Antes de la crisis, no era muy frecuente encontrarse con candidatos que hubiesen pasado años sin pisar una oficina. La respuesta que Oliver propone se refiere a una baja de maternidad, pero puede aplicarse a otros casos. Basta con recordar que echabas menos de trabajar y que no has perdido contacto con tu sector haciendo pequeños encargos. En caso de que tu problema sea el desempleo, Oliver propone hablar de tu formación.
9. ¿Cuántas horas trabajas a la semana y por qué? Antes de dar ninguna cifra que te pueda comprometer o que suene muy poco realista, limítate a comentar que te gusta echar horas para “añadir valor” a todos tus trabajos, tanto personales como profesionales. Lo importante no es pasar todo el día trabajando, sino garantizar que el producto ofrecido va a ser el mejor posible.
10. ¿Cuándo crees que habrás alcanzado tu meta profesional? En este caso Oliver sugiere que demos a entender que siempre vamos a dar el 100%, pero que cuando seamos más mayores no seremos un estorbo para la empresa.