31/08/2018 · Las empresas están teniendo que hacer frente a los retos que plantea la transformación digital de los negocios. Dicha digitalización empresarial requiere de una serie de ajustes que los CEOs deben llevar a cabo con la mayor celeridad posible, dada la elevada competitividad existente y el ritmo al que se desarrolla la tecnología, cambiando así las necesidades de los clientes.
El complejo proceso de transformación digital, requiere de unos cambios que van más allá de la implementación de sistemas tecnológicos IT o en la forma de monitorizar el mercado. Así lo asegura en un artículo KPMG, que asimismo expone la necesidad de un cambio en el modelo de negocio, así como otro cultural, en la formación que los profesionales reciben, en la manera en la que se trabaja y se colabora e interactúa con los clientes o, incluso, en el tipo de productos que se desarrollan y el modo en el que se comercializan.
“La transformación digital va mucho más allá de la simple adopción de nuevas tecnologías: éstas deben ir acompañadas de un cambio profundo en los modelos de negocio y en la cultura de la compañía para lograr un retorno tangible de la inversión necesaria”, señala Alberto Martín Rivals, socio responsable de Management Consulting de KPMG en España.
Conscientes de ello, las compañías se han lanzado de cabeza a dicha transformación. De hecho, según el informe CEO Outlook 2018 de KMPG, los CEOs son muy optimistas sobre sus posibilidades, dado que casi el 100% de los directivos (96% de los españoles y 95% de los globales) ve la disrupción tecnológica como una oportunidad y no una amenaza. De hecho, todos los países analizados muestran tasas superiores al 90%.
En esta línea, la mitad de los CEOs globales (54%) considera que su organización está siendo activa a la hora de definirse como disruptiva en el sector. Según KMPG, el caso más destacable se encuentra en EE.UU., donde el 86% de los CEOs se declara disruptores activos. Con un 36%, España se situaría a media tabla, junto a otros países como País Bajos (38%), Australia e Italia (32%), India y China (30%).
Este optimismo llega también a otras cuestiones como la preparación para el cambio. Así, el 71% de los CEOs globales (60% en España) se sienten personalmente preparados para liderar la radical transformación del negocio que exige la nueva era digital
El estudio también revela el tipo de tecnología que las empresas están implementando para la automatización de sus procesos, como los ‘bots’ o Robotic Process Automation (RPA), o para mejorar la eficiencia y la innovación del negocio, a través de soluciones de Inteligencia Artificial (IA) como Deep Learning o Internet de las Cosas (IoT).
En este sentido, según el informe CEO Outlook, un 12% de los CEOs globales (aunque sólo un 2% de los españoles) ha implementado ya soluciones de IA. El resto, está trabajando en proyectos-piloto (52% de los CEOs españoles) o ha empezado una implementación limitada en algunos procesos específicos (46%). Según Belén Díaz, socia de Función Financiera de Management Consulting de KPMG en España, “lo interesante es adoptar una visión más amplia bajo el concepto de Intelligent Automation, que implica la combinación de varias tecnologías”. En su opinión, el reto está en explorar las opciones y aprovechar el uso que pueden tener “mediante proyectos piloto de alcance acotado, para después irlas combinando entre sí y conseguir un efecto mucho mayor en términos de eficiencia y captura de valor”.
Pero los resultados no se verán de forma inmediata. Según el estudio, los horizontes de consecución de un retorno significativo (ROI) de las inversiones realizadas están fijados entre uno y tres años. De hecho, ese es el plazo en el que la mayoría de los CEOs (72% españoles y 57% globales) espera empezar a cosechar resultados significativos. “Solo un 18% de los directivos españoles espera obtener un ROI en 12 meses, porcentaje que entre los CEOs globales sube al 29% y en Estados Unidos, al 32%”, destaca KMPG. Unos plazos que se alejan aún más cuando se refiere a sólo a los sistemas de IA y de automatización: entre 4 y 10 años, según los ejecutivos.