3 lecciones claves antes de acceder a un primer empleo

15/05/2019 · Este 2019, millones de estudiantes universitarios accederán al mercado de trabajo en busca de su primera oportunidad de empleo. Tras años formándose en sus respectivos centros y después de adquirir toda la experiencia que las empresas colaboradoras con las universidades y escuelas de negocio les han permitido, estos jóvenes deberán competir entre sí para lograr destacarse en un mercado laboral que, no obstante, registra una brecha de talento -según manifiestan la mayoría de reclutadores y directivos en multitud de encuestas- que dificulta aún más su acceso a un empleo.

Si bien es cierto que, en los últimos años, el mercado de trabajo ha dado signos de recuperación, son varias las voces –desde distintos ámbitos: educativo, sindical, político y hasta empresarial- que se han alzado para demandar una mayor calidad en el empleo, con mejores condiciones para unos jóvenes que siguen representando un número considerable de desempleados. De hecho, según datos del Instituto Nacional de Estadística, además de un 33% de paro juvenil, España tiene ahora dos millones de jóvenes (menores de 30 años) activos menos que en 2008. Un descenso al que acompaña también una caída del 95% de la tasa de ocupados de entre 15 y 29 años, dado que se ha pasado de los 4,6 millones de jóvenes ocupados en 2008, a los de 2,6 millones registrados en el primer trimestre de 2019.

Si atendemos a estas cifras, lo que el futuro inmediato les depara a los jóvenes recién graduados es engrosar las filas de parados, todo y pese a que las estadísticas también reflejan un refuerzo de las políticas de empleo joven, tanto a nivel gubernamental como de empresa. Por ello, Gary Burnison, CEO de Korn Ferry, aconseja a los futuros trabajadores “mirar hacia adelante, pero no demasiado lejos”, así como no intentar planificar toda la carrera profesional desde el primer día, para evitar la frustración y el desánimo que sin duda lograran como resultado.

En este sentido, el directivo explica que, si bien el propósito y la pasión es un objetivo ideal a alcanzar, pues es lo que inspira y motiva los profesionales a largo plazo, la realidad laboral pinta un paisaje bien distinto. “No es realista esperar que eso suceda con un primer trabajo”, apunta. Por ello, incluso si se logra acceder a un empleo dentro del sector deseado (lo cual ya es todo un logro) y trabajar para un jefe que, además, resulta ser un buen líder, interesado en desarrollar a su talento interno y de promoverlo dentro de la empresa, para Burnison, siempre “habrá una brecha entre el primer empleo y el trabajo de sus sueños”, incluso, si se llega a acceder a esa empresa a la que se buscaba entrar en primer lugar.

De hecho, el CEO aconseja ver las carreras profesionales como una “maratón” y no un “sprint”. Algo que argumenta indicando que, “acortar el horizonte de tiempo a entre 12 y 18 meses para el primer trabajo”, logra tres cosas clave: estabilidad de la motivación, la vocación y crecimiento personal/profesional real.

Fijar las prioridades profesionales y dominar las expectativas

Si ya se tiene clara cuál es la pasión profesional, hay que valorar otros aspectos que serán clave en el futuro, como las oportunidades reales que se tendrán para crecer y adquirir esa experiencia que, a largo plazo, ayudará a seguir siendo empleable. En caso de desconocer dónde se quiere trabajar, Burnison indica “encontrar tu pasión y propósito es un viaje”.

Además, normaliza esta idea de que la prioridad para muchos sea acceder a un “trabajo decente”, valorando el salario percibido por encima de la pasión, y destaca la importancia de mantener las expectativas a raya y no esperar que el primer empleo sea “perfecto”. A cambio, recomienda sacer el mayor jugo posible a ese trabajo, aprendiendo todo lo posible sobre esa función y, en especial, sobre uno mismo, y aduriendo toda la experiencia posible para, de esta forma, descubrir lo que se disfruta y lo que no o cuáles son las fortalezas y debilidades que se tiene como trabajador.

No anticipar lo que no se sabe y hacer juicios de valor

En línea con lo anterior, el CEO de Korn Ferry destaca en su artículo un posicionamiento erróneo del que a menudo parten los graduados y es “pensar que un trabajo es perfecto o un campo en particular es su verdadera vocación”. Consideran que aquello que han idealizado es lo que están destinados a hacer, sin haber probado antes otras opciones e, incluso, sin haber logrado acceder a esa posición que tanto creen anhelar. Por ello, Burnison, destaca: “Descubrir qué es lo le hace feliz podría llevar algunos años. No esperes saber todo, todavía estás aprendiendo”.

Aprender a lidiar con un contexto ambiguo

“La mayoría de las personas prueban algunos roles diferentes al principio de sus carreras; Empiezan en ventas, pero descubren que realmente les gusta el marketing. Eso puede hacer que una carrera temprana parezca ambigua, pero tiene un beneficio adicional: aprender a lidiar con tal ambigüedad”, expone el CEO. De hecho, tener una tolerancia a la ambigüedad (encontrar un camino para avanzar cuando las cosas no están claras) se considera una habilidad para desarrollar una carrera y, por lo tanto, “lo que podría parecer una carrera en zigzag puede funcionar en su beneficio si es adaptable y tiene una mente abierta”, añade.

Por último, Burnison recomienda ser realista, dado que a lo largo del camino, y especialmente al principio, habrá trabajos que gusten más que otros. Asimismo aclara que, cualquier trabajo es un buen trabajo si “tu jefe no es un idiota, la cultura se ajusta a tu personalidad, si logra despertar cierta emoción y si permite el aprendizaje activo”.

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