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in talent communication
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16/04/2020 · La crisis mundial derivada del Covid-19 ha catapultado el teletrabajo como fórmula necesaria para el mantenimiento del negocio y de los puestos de trabajo. Así, son hoy millones de personas las que trabajan en remoto desde sus casas, y precisamente por ello, han tenido que adaptar sus metodologías y rutinas de trabajo a esta nueva situación. En este punto, la necesaria desconexión digital se vuelve crucial para poder separar lo laboral de lo personal, pero la realidad está demostrando que se trata de una asignatura pendiente para la práctica mayoría de profesionales y organizaciones.
Tal y como apuntan los expertos de Lefebvre aquí, "no nos encontramos ante un nuevo estímulo en el enfoque social que supone el teletrabajo sino ante, con mucha seguridad, un verdadero cambio de paradigma que llevará consigo modificaciones para la adaptación digital y las redes de comunicación telemáticas".
En otras palabras, este cambio de paradigma supondrá una transformación de los modelos de organización y estructura laboral. Los trabajadores y directivos tendrán que acometer la transición desde el modelo tradicional presencial de trabajo, hasta el teletrabajo o semipresencialidad, aún y sabiendo que esta nueva manera de trabajar en remoto supone tantas ventajas como riesgos para el negocio y la propia relación líder-empleado.
Uno de estos riesgos mencionados atañe a la necesaria desconexión digital a la que tienen derecho legal los profesionales, en virtud del artículo 88 de la Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales, y que implica, como detallan desde Lefebvre, en síntesis, el derecho de todo trabajador o funcionario público a obtener el respeto a su tiempo de descanso, con la correlativa atención a su intimidad personal y familiar.
La superposición de la actividad laboral en el entorno doméstico no solo tiene afectaciones personales y de conciliación, si no que también puede ocasionar inconvenientes en la dinámica laboral, debido a la confusión de tiempos y espacios. Eso puede ocasionar pérdidas de tiempo innecesarias, desmotivar a los equipos, y, por consiguiente, perjudicar a los negocios.
Ante este riesgo, que se vuelve aún mayor en el actual periodo de confinamiento, las Administraciones Públicas, y sobre todo las empresas y sindicatos, deben ir trabajando en el escenario posterior a la crisis del Covid-19, teniendo en cuenta escenarios de trabajo flexibles, y en un marco legal de protección necesario de los espacios y tiempo personal del trabajador durante el teletrabajo.
La planificación y redefinición incluye también la mejora y adaptación de procesos de RRHH como los mecanismos de valoración y gratificación del rendimiento, los KPIs de eficiencia laboral o la creación de herramientas de medición cuantitativa y cualitativa del desempeño.
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