Jordi Diaz,
Director de programas y relaciones internacionales
EADA Business School
11/09/2015 · Desde que se unió a EADA en 2002, Jordi Diaz ha dirijido el área de Programas y Relaciones internacionales de esta renombrada business school. Licenciado en Management por la Universidad de Wales y Máster en Dirección de Recursos Humanos por EADA, Díaz participa como experto en conferencias y medios de comunicación para hablar sobre tendencias e internacionalización de las escuelas de negocio. En esta ocasión, Jordi nos explica, entre otras cosas, si hay diferencias entre lo que demanda la empresa y el talento joven.
En general, las escuelas de negocio estamos trabajando hacia una formación global, y en EADA no podemos caer en la autocomplacencia:
Aunque un 85% de nuestros alumnos full-time son internacionales -procedentes de una cincuentena de países-, aún nos queda camino por recorrer: por ejemplo, la presencia de alumnos asiáticos aún se puede incrementar, y nos hemos de centrar en reclutar en este tipo de entornos difíciles.
Para ello, hemos firmado convenios con muchos países como China.
En el aspecto tecnológico, hemos implementado el concepto “blended” o de formación mixta presencial y a distancia en nuestro Executive MBA, el programa de más valor para ejecutivos, para que puedan participar en el programa.
Por el contrario, en el caso del perfil joven, el concepto presencial es vital: quieren una experiencia integral, "residencial" que llamamos, y dedicarse 100% a su formación.
Y por último, a nivel de esencia, en EADA nuestro departamento de carreras profesionales es mucho más que una bolsa de trabajo: aportamos capacitación y contribuimos a establecer un plan de trabajo personalizado para cada alumno que le permita conseguir sus objetivos y conocer sus ventajas competitivas en el mercado laboral. Además, también ofrecemos desde hace una década un servicio de Coaching Ejecutivo personal para cada alumno.
Consideramos clave destacar este concepto: EADA no es un año más de estudios universitarios, sino un entrenamiento avanzado para el mundo de la empresa, porque acercamos la formación directiva a los jóvenes, y no al revés.
Nuestra meta es ofrecer un valor añadido a lo que aportan los centros universitarios: trabajamos con 10 grupos reducidos en paralelo de 25 personas como máximo, y la exigencia la ponemos en el participante y no tanto en el profesor.
De hecho, en EADA una clase requiere una preparación previa extraordinaria: generamos los hábitos de empresa en los estudiantes, y por eso les exigimos igual que se les exige a los trabajadores de una compañía, como por ejemplo máxima puntualidad.
Al final, en EADA democratizamos el liderazgo, la capacidad de influir, y se trata de un aprendizaje que ofrecemos no sólo a los profesionales más Executive, sino también a los más jóvenes.
EADA ha ido avanzando conforme lo han ido haciendo sus candidatos. La necesidad de realizar un máster como exigencia para entrar en una carrera de dirección en una empresa ha aumentado, y por lo tanto, también ha aumentado la demanda de participación de perfiles jóvenes.
Su perspectiva ha cambiado, puesto que ya no buscan una extensión de su carrera universitaria, buscan un valor añadido, una ventaja competitiva que les diferencie del resto.
No sólo hay más demanda, también los candidatos están cada vez más preparados y especialmente los candidatos locales, de España, vienen con mejor nivel de inglés y pueden acceder a los programas hechos en esta lengua.
En cuanto a las empresas, cada vez están más interesadas en gente joven que dedica tiempo, esfuerzo y dinero en su formación antes de entrar en la empresa, porque valoran que se trata de personas con ambición y que les pueden aportan valor desde el primer día.
Los "millenials" buscan que se les asignen proyectos, que se les marquen objetivos, se les propongan retos, y se les den oportunidades internacionales.
Al talento joven ya no le vale sólo con trabajar para una gran empresa; están mucho más emocionados con sus pequeñas iniciativas empresariales o con los proyectos que con los grandes nombres corporativos.
Se trata de una generación que busca retos constantes: antes la tendencia era entrar en una compañía y estabilizarse durante toda la carrera profesional. Ahora existe una nueva tendencia a emprender, a iniciar pequeñas iniciativas empresariales que les emocionan, y les hace sentir más realizados.
Antes se buscaba estatus, salario y comodidad: Ahora para ellos, en esta etapa, estos ítems ya no son tan prioritarios.
Las compañías tampoco quieren proponer ahora estatus, salario y comodidad a sus candidatos, porque saben que ya no les atrae igual.
Buscan que el talento joven tenga movilidad en todos los sentidos: geográfica, de departamentos, de proyectos…buscan ambición, pero sobretodo ganas de aprender. La empresa tiene claro que selecciona a personas que tengan humildad, que estén dispuestas a aprender y a ser guiadas en ese momento de su andadura profesional.
El entorno económico ha influido mucho en esta dinámica. A diferencia de hace tres o cuatro años, ahora se va acercando más el "match" entre lo que busca el joven cualificado y lo que la empresa le quiere proponer.
En términos globales estamos en un inicio de recuperación, y a medida que el mercado se va recuperando, se establece un mejor “match” entre lo que la empresa y el candidato esperan.
Conseguir el “match” entre empresa y educación es esencial para la escuela de negocio. Nuestra misión es “Where Business People Grow” – “Dónde las personas de negocio crecen”. Y ello lo hacemos a través de las clases, pero también proporcionado un apoyo en la salida profesional, gracias al Coaching Ejecutivo y del departamento clave de carreras profesionales de EADA.
Este departamento es mucho más que una Bolsa de Empleo. Carreras profesionales acompaña a los participantes en su programa académico, primero para conocerse más a sí mismos: hacer un análisis interno –quién soy, conocer sus fortalezas y debilidades- y externo –conocer más el entorno y el mercado profesional-, y en una última etapa, ponen en contacto al candidato con el mercado.