La diversidad y la inclusión, los retos más emergentes en materia de RRHH

¿Cómo elevar la participación de los empleados en la organización? Boston Consulting Group (BCG) ha revelado ejemplos prácticos para hacer que la inclusión del personal en la organización sea efectiva, recomendando en primer lugar la celebración de encuentros virtuales o presenciales que ya de por sí sean inclusivos.

Durante estos encuentros, se aconseja amplificar los mensajes que se reciben, escuchando a todas las partes y valorando las distintas aportaciones. Para ello, es clave determinar un orden de intervención, procurando la fluidez de la conversación y garantizando que nadie sea interrumpido, así como rotar la responsabilidad de organizar y moderar las reuniones.

Otra buena práctica es, a la hora de asignar tareas y proyectos a una persona o decidir a quién se va a promocionar, establecer los criterios que se van a valorar, dándose el tiempo que sea necesario para tomar la decisión y asegurándose de que las personas son evaluadas objetivamente.

En este sentido, para reducir el sesgo inevitable, es importante darle la vuelta a los motivos que están impidiendo que sea la escogida, pensando en ella como si fuera una persona cuya opinión es favorable. También ayuda concentrarse en los resultados que ha obtenido la persona en cuestión, en los hechos en lugar de las impresiones y monitorear la composición de los proyectos y equipos.

En este proceso, también es óptimo reevaluar cómo se ejerce el liderazgo. Al observar cómo operan estos líderes, las compañías pueden desarrollar tácticas y herramientas estandarizadas (guías de reuniones, listas de verificación y consejos) que el resto de la organización puede aplicar.

Finalmente, desde el BCG aconsejan no tolerar el mal comportamiento, dar a conocer los valores y políticas antidiscriminatorias y de acoso, así como los códigos de conducta, tomándose muy en serio todas las quejas y asegurándonos de que hay sistemas para manejar las infracciones graves.

Además, también es conveniente designar a las personas específicas para escuchar las preocupaciones y problemas de los empleados y entrenar a los equipos para que denuncien un mal comportamiento, incluso cuando este provenga de la Dirección.