Cómo volver a enamorarte de tu trabajo

"Hay una serie de razones por las que nos aburrimos en nuestros puestos de trabajo, pero eso no quiere decir que no podamos volver a entusiasmarnos de nuevo", señala Vicente Ponzo, director del Centro de Emprendimiento Eugene Lang de la Columbia Business School. Según el experto, el primer paso es empezar a cambiar el chip y seguir estas recomendaciones:

1. Identifica lo que te molesta

Ponzo señala su sorpresa por la cantidad de personas que no son conscientes de lo que les provoca aburrimiento o hartazgo. Es imprescindible conocerse a uno mismo, nuestras habilidades, puntos fuertes y débiles y aquellas áreas o actividades que nos apasionan. Identifica qué momentos o aspectos de tu vida despiertan tu interés y te hacen sentir vivo y analiza el por qué de este sentimiento.

"Incluso si el trabajo en sí mismo es rutinario, hay otras maneras de sentirte satisfecho y con plena energía. Si no son las tareas, puedes fijarte en los contactos, aprendizaje, habilidades y competencias que puedes absorber de este puesto de trabajo" comenta. La clave es descubrir las oportunidades que tienes a tu alcance para aprender y crecer como profesional.

2. Cambia tu entorno

¿Te sueles relacionar siempre con los mismos compañeros, especialmente los que se quejan? ¿Has caído en la rutina de comer en el mismo lugar todos los días (por no decir en tu mesa) o seguir la misma rutina de trabajo? "Opta por el zapping", aconseja Ponzo. Reorganiza tu espacio de trabajo o cambia de compañeros para tomar el almuerzo o el café de la mañana y quizás así te sientas más cómo y hasta puedas encontrar a un buen mentor.

3. Marca el límite entre vida personal y profesional

Por otro lado, "para muchas personas la frontera entre su vida laboral y personal se ha difuminado y eso puede conducir al agotamiento o cansancio". Esta falta de límites puede minar tu energía y hacer tu jornada cuesta arriba. "Crea hábitos y rutinas que incluyan períodos de descanso y permítete dejar de pensar en el trabajo cada dos horas", aconseja el experto. Tómate un tiempo para la familia y amigos y invierte tu tiempo libre en actividades de ocio que te ayden a desconectar.

4. Busca un desafío

"Si tu sensación de hastío es permanente puede que haya llegado el momento de lanzarse a un nuevo reto o ascender en tu nivel de responsabilidad", apunta Charles Mitchell, co-fundador y CEO de All about people, una firma especializada en atracción de talento con sede en Phoenix. Quizá sea el momento de postularte a una promoción laboral que ponga a prueba tus conocimientos y suponga un reto para ti.

En estos casos, es muy recomendable tener una relación fluida con el supervisor para que puedas comunicarle tus sensaciones y pueda ayudarte en tu camino.

5. Colaboración interdepartamental

Si no hay oportunidades inmediatas para avanzar o cambiar las tareas que realizas, otra buena idea puede ser colaborar con otro compañero de la empresa y así aprender en su ámbito, recuerda Mitchell. De esta manera podrás ampliar tus competencias y en consecuencia, ser más necesario para la organización.

Las empresas cada vez valoran más perfiles polivalentes que puedan desarrollar diversas funciones de forma eficaz que personas muy especializadas solo en un ámbito, ya que supone más costes a nivel económico. Por ejemplo, contar con un ingeniero que a la vez disponga de habilidades comerciales le puede convertir en alguien muy valioso para la empresa.

6. Siéntete un estudiante

Otra estrategia para volver a enamorarte de tu trabajo es sentirte como si fueras un estudiante. "Busca formaciones en gestión, tecnología o idiomas que te ayuden a avanzar en tu carrera", sugiere Mitchell. También puedes tomar clases de otros temas que no tengan nada que ver con tu cometido laboral pero que te ayuden a recuperar tus ganas de aprender.

"Tal vez pienses que eres muy bueno en lo que haces pero siempre hay espacio para mejorar. Seguro que tienes compañeros con un nivel más alto de ejecución, conocimientos técnicos o habilidades interpersonales de las que puedas aprender" concluye. Al final, el secreto es conseguir ilusionarte como un niño ante los retos profesionales.