29/01/2019 · En España, la jornada partida sigue estando vigente en muchas empresas, pese al ascenso de otras opciones como el teletrabajo y de la puesta en marcha de horarios intensivos de trabajo. Este hecho, sumado a la nueva realidad laboral que traen consigo las nuevas generaciones, mucho más concienciadas sobre la importancia del bienestar y la salud en el trabajo, ha generado que las empresas deban asumir un cambio en los servicios y las políticas que introducen en sus organizaciones.
La ‘Estadística del Uso del Tiempo’ publicada por Eurostat a mediados de 2018, revelaba que los españoles trabajaban más horas que otros europeos, con pausas para comer más largas y un horario de salida más tardío, que limita la conciliación laboral. Un hecho que algunos expertos relacionan a cuestiones culturales o de clima pero que, sin embargo, no se reflejan en otros países más afines a España, como es el caso de Italia, donde tanto la pausa para la comida como la jornada laboral se comienza y termina –respectivamente- antes.
De hecho, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) fijaba el total de horas trabajadas al año por los españoles en 1.691. Lo que la sitúa por debajo de la media (1.765 horas), y por encima de otros países de la UE como Alemania, Holanda, Noruega, Dinamarca, Francia o Reino Unido.
Además, aunque el Monitor Adecco de Oportunidades y Satisfacción en el Empleo, realizado por Barceló y Asociados y el Grupo Adecco, revelaba un aumento del teletrabajo en España (registrando en el segundo trimestre de 2018 su nivel más elevado, con 1,43 millones de personas utilizando esta modalidad laboral), su penetración en el sistema de trabajo sigue siendo lento, pese a las claras mejoras productivas y de eficiencia laboral que las empresas que lo implantan registran.
A esta combinación que define el escenario actual de trabajo en el país, se suma el creciente interés de las nuevas generaciones por el cuidado integral de su salud, así como su concienciación sobre las consecuencias que traen consigo la excesiva carga de trabajo y la hiperconectividad que rige el modelo empresarial actual, siendo el estrés el principal efecto negativo destacado y la razón que ha llevado a las empresas a impulsar e implantar diversas políticas de bienestar en el espacio de trabajo.
Sin embargo, la salud laboral preocupa desde un plano global, incluyendo así medidas de protección psicológica -vinculadas al estrés y la desmotivación- y otras dirigidas a propiciar la adquisición de hábitos saludables como la práctica deportiva (a fin de evitar el sedentarismo) o la alimentación equilibrada y sana también en el trabajo, con el objetivo de erradicar los elevados índices de obesidad que empiezan a registrar la población española.
En este sentido, Up SPAIN, empresa especializada en la gestión de beneficios sociales para empleados, ha publicado un decálogo de consejos para lograr que, aquellos que no tienen tiempo de volver a casa, puedan también llevar una dieta sana.
Finalmente, desde Up SPAIN defienden la contribución que las empresas pueden hacer a la hora de ayudar a sus profesionales a comer de forma saludable en el trabajo, eliminando las máquinas expendedoras de alimentos altamente calóricos o sustituyéndolas por otras más saludables, que incluyan verduras frescas. Además, en el caso de aquellos trabajadores que, por su función, tienen que comer fuera de la empresa, Up SPAIN aconseja a las compañías la inversión en servicios como Up Cheque Gourmet, que facilitan este proceso a los profesionales.