30/10/2019 · Cada vez existen profesionales mejor preparados en el sentido más amplio de la palabra. No solo poseen titulaciones superiores, sino que se rodean de experiencias y expertos que promueven su desarrollo de manera continua y facilitan que incorporen las soft skills o habilidades como la empatía, la versatilidad, la capacidad de trabajar en equipo o la resolutiva. Estas y no otras son las que sustentan su competitividad profesional y los diferencian ya no solo entre sí mismos, sino también de tecnologías como los robots, que pilotados por Inteligencia Artificial o el Internet de las Cosas amenazan con destruir una cantidad nada despreciable de lugares de trabajo... O eso afirman desde los foros más catastrofistas.
Sea como fuere, la capacidad de adaptación al cambio y la de aprender a lo largo de toda la vida profesional se erigen como competencias clave en una época como la actual, donde las empresas no solo compiten por atraer el mejor talento, sino también para fidelizarlo a largo plazo, ofreciéndole para ello retos lo suficientemente motivadores y atrayentes. En este despliegue como marca empleadora el desarrollo de los empleados debe estar a la orden del día y, para ello, las firmas debe incorporar metodologías de aprendizaje lo suficientemente flexibles y disruptivas para que la fuerza laboral adquiera nuevos conocimientos técnicos y habilidades.
Entre las que han irrumpido con fuerza en los últimos tiempos, la revista Summa menciona cuatro que, a su parecer, destacan por su componente experiencial, lo que las hace especialmente significativas para quienes las llevan a cabo. Lo hace en un reciente artículo titulado Tendencias que están definiendo el futuro de las experiencias de aprendizaje y son estas:
Todas ellas, matiza el artículo, tienen en común su origen, que no es otro que el e-learning, algo que, afirman, "no es nuevo, pero sí que recientemente ha tenido un gran crecimiento en el mundo, lo que que implica una colaboración entre los proveedores de plataformas educativas, universidades, empresas e instituciones de gobierno, entre otras". Es un mercado, prosiguen, "de alrededor de 3.5 miles de millones de dólares, con un crecimiento estimado del 15% y se espera que alcance los 7.8 miles de millones en 2025, incluyendo las plataformas digitales y OPM (Online Program Management) que están madurando y liderando el cambio hacia la transformación de los programas en línea enfocados a educación superior y empresas".