26/06/2020 · En la era de la globalización, son muchas las compañías que a menudo citan entre sus objetivos “querer volverse global”, pero para lograr convertirse en una marca sólida a nivel mundial o, como mínimo, en todos eso mercados internacionales en los que pude tener (y querer) tener presencia, es necesario evitar lo que Harvard Business Review (HBR) define como "problemas interculturales”.
Cuando una empresa es global, sus acciones deben implicar algo más que la captación de la mayor cantidad de participación en el mercado extranjero que le sea posible, agregando nuevos idiomas, lanzando más oficinas o admitiendo nuevas monedas, etc.
Así lo asegura Nataly Kelly, vicepresidenta de operaciones y estrategia internacionales de HubSpot, en un artículo publicado en Harvard Business Review (HBR), donde destaca la importancia de que las empresas estén “operativamente listas para alcanzar su potencial internacional completo”, lo cual supone contar con líderes preparados para incorporar un tipo de “pensamiento global” en la cultura corporativa y nuevas formas de operar a diario. En este sentido, la experta expone las cinco maneras que hay de generar una actitud global en el trabajo.
Uno de los primeros pasos que aconseja llevar a cabo Nataly Kelly es centrarse en los empleados, dando espacio a sus opiniones, especialmente a la hora de mitigar la brecha entre la estrategia y la ejecución. “Por ejemplo, un error común es pensar que se puede diseñar un producto para in mercado local e introducir ese mismo producto en otros mercados internacionales. El problema es que cada país tiene matices, casos de uso y necesidades ligeramente diferentes”, explica la experta.
Lo mismo sucede con las personas y esa tendencia de las organizaciones a llevar una fórmula de trabajo que funciona en una oficina en un determinado lugar, a otros con culturas y creencias que pueden ser distintas.
El segundo consejo va dirigido a poner en marcha acciones que permitan a la empresa acelerar su proceso de globalización, acumulando por el camino más experiencia internacional. Al respecto, expone cinco maneras de hacerlo:
Otra forma de llamar la atención sobre la importancia de la globalización es “crear un grupo directivo internacional que sea responsable de identificar los desafíos para sus negocios internacionales y crear planes para resolverlos”, destaca Nataly Kelly, quién aconseja realizar reuniones periódicas donde un delegado de cada función debe asistir para “revisar las métricas internacionales claves de rendimiento y profundizar en por qué no se cumplen los objetivos”.
“A menudo, un proceso, una pieza de software o un proveedor que fue elegido años antes de que el negocio internacional prosperara, puede dificultar el progreso e impedir que una empresa avance a nivel mundial”, advierte la directiva, que aconseja revisar todas esas decisiones que se tomaron cuando la empresa era internacional pero no global.
“El imperativo comercial para crecer a nivel mundial a menudo entra en conflicto con la paciencia y la disciplina que son necesarias para realizar el trabajo de globalización interno, aquel que ayudará a expandir dicha internacionalización”, concluye Kelly, que destaca la importancia de ser constantes en el proceso hasta dar con los resultados buscados.