06/08/2020 · El Covid-19 está teniendo un profundo impacto en la economía española y en la supervivencia de las empresas. Superar la pandemia exige un esfuerzo coordinado sin precedentes de los sectores público y privado, y eso es precisamente lo que analiza McKinsey es un su informe "España post COVID-19: de la resiliencia a la reinvención", elaborado por María del Mar Martínez, Santiago Fernández, David Francés e Ignacio Marcos.
De acuerdo al análisis de McKinsey, al que puedes acceder desde aquí, las empresas españolas, que llevaban seis años operando en un entorno de expansión económica (crecimiento anual del PIB real del 2,6% desde 2013 hasta 2019), han tenido que revisar su estrategia, adaptar rápidamente su modelo de negocio y adoptar todas las medidas necesarias para sobrevivir a la crisis.
Ahora que España comienza a reactivar su economía, los expertos subrayan el doble objetivo a abordar: proteger tanto la salud de las personas como el bienestar económico. Para conseguirlo, en primer lugar, se deben diseñar unas políticas eficaces capaces de acelerar la recuperación de España y mitigar el impacto económico para empresas y ciudadanos y, en segundo lugar, utilizar la crisis como catalizador para acelerar el cambio y reinventar la estructura de las empresas, los sectores y la economía en general.
Tal y como señalan María del Mar Martínez, Santiago Fernández, David Francés e Ignacio Marcos de McKinsey, el riesgo de insolvencia de las empresas españolas podría triplicarse.
Para entender mejor el impacto de la pandemia los expertos han elaborado, en colaboración con Oxford Economics, diferentes escenarios macroeconómicos. Por un lado, se estima que el PIB español podría caer, en términos reales, entre el 5,7% y el 13,5% en 2020, comparado con un rango de entre el 5,2% y el 11,1% en la eurozona, y entre el 2,7% y el 6,5% a escala mundial.
Para hacer este pronóstico, se ha utilizado una caída del 13,5% como escenario base, lo que implica, además, que la economía española se recuperaría (o alcanzaría el PIB precrisis) a finales de 2023. La mayoría de las fuentes coinciden en la reducción del PIB en 2020, pero la velocidad de recuperación de 2021 en adelante es incierta.
De acuerdo al estudio, los sectores más castigados por la crisis del Covid-19 son el sector hotelero y restauración (HORECA), el del ocio, transporte, automoción, actividades inmobiliarias y la venta mayorista y minorista, excluyendo alimentación.
Otras áreas sectoriales también fuertemente castigadas pero en menor medida que las anteriores serían las de la construcción, la logística, la industria, la agricultura, ganadería y pesca, las actividades profesionales, los servicios financieros, y el sector de la energía y los suministros.
Por último, los sectores que pueden verse menos afectados por la crisis económica derivada del coronavirus, cuyos ingresos podrían descender el 10% o menos, son el de las telecomunicaciones, la industria farmacéutica y de productos médicos, la administración pública y defensa, sanidad y educación, el sector de industria de bienes de consumo y las ventas minoristas de alimentación, que, juntos, representan el 26% del VAB y el 31% del mercado laboral.
Se espera que el Covid-19 produzca cambios permanentes en el comportamiento de la sociedad y de los agentes económicos, activando o acelerando las siguientes tendencias en todo el mundo, incluido España; tendencias que pueden persistir, e incluso crecer con el paso de los meses:
En España, la aceleración de la digitalización ha sido relevante, y probablemente va a continuar siéndolo en el futuro tal y como indica el número de personas que han adoptado por primera vez productos y servicios digitales durante la crisis.
El verdadero impacto de estas tendencias no se conocerá hasta dentro de unos años pero, sin duda, van a contribuir a conformar la nueva realidad económica, y los líderes empresariales deben estar preparados.