La discriminación de la mujer en el entorno tecnológico es un problema sistémico

02/05/2018 · Según un informe de la OCDE, en España, entre 2012 y 2015, sólo el 14% de las patentes fueron impulsadas por mujeres. Pese a ésta baja cifra, se trata de la segunda más alta de los países que integran la OCDE, sólo por detrás de Portugal (15%). De hecho, según revela la UOC, la media europea, en el mismo periodo, se situaba en el 7%, y en países como Estados Unidos, las inventoras sólo representaban el 10% del total.

Aunque los datos mejoran –el año pasado, en España, las patentes impulsadas por mujeres significaron más del 30%- la escasa representatividad femenina en el entorno tecnológico es una realidad que afecta a todas las profesiones que éste engloba. De ahí que los investigadores afirmen que la discriminación se ha convertido en un problema sistémico en todo el sector.

María Olivella, investigadora del grupo de investigación Género y TIC y miembro de la Unidad de Igualdad de la UOC, explica en un artículo que la raíz del problema se encuentra en las primeras etapas educativas de las niñas, ya que “la preferencia por asignaturas tecnológicas por parte de los chicos, a diferencia de las chicas, es determinada por los roles de género establecidos en nuestra sociedad”.

La investigadora añade que los estudios confirman, además, que “las chicas tienen una autopercepción más negativa, respecto de los chicos, en cuanto a sus aptitudes para los estudios tecnológicos o las matemáticas”, una realidad que se ve reflejada en el número de matriculadas que hay año tras año en carreras de este ámbito.

En esta línea, Olivella revela una paradoja que se da en los países del norte de Europa. Y es que, a pesar de sus muchas políticas de igualdad, equiparación de salarios o apoyo a la maternidad, países como Noruega y Suecia, según el informe de la OCDE, las patentes con autoría femenina entre los años 2012 y 2015 no llegaban al 7% del total. “Según lo que apuntan diferentes análisis, cuanta más igualdad de género hay en un país, peores resultados escolares en materias tecnológicas obtienen las chicas, que acaban eligiendo menos carreras de este ámbito en la universidad”, afirma la experta.

La razón estaría en el inexistente incentivo económico que se relaciona con la realización de éstas carreras tecnológicas en los países europeos con buenos niveles salariales en general, y con igualdad de género, la cual “en los países nórdicos, no ha ido acompañada de una transformación social que comporte erradicar los estereotipos sexistas”, indica la investigadora.

A esto hay que añadir la “cultura sexista” existente “dentro de los espacios tecnológicos” y que también se traslada a Silicon Valley. “Actualmente, muchas compañías tecnológicas de California están inmersas dentro de su propio #MeToo”, señala Olivella. “La ciencia no es ajena a esta realidad y ha sido uno de los instrumentos para la consolidación de los roles de género desiguales”, concluye.

Respecto a las soluciones, la miembro de la Unidad de Igualdad de Género de la UOC afirma: “La subjetividad personal debería tomarse en consideración en la práctica científica. Si las personas que hacen ciencia la aplicaran, se demostraría que las experiencias de las mujeres no están presentes en los discursos científicos actuales”. Asimismo, Olivella pone de relieve que hay que fijarse en qué peso tienen las mujeres entre las personas que enseñan contenidos científicos o tecnológicos, y en el hecho de que “no sólo las niñas deben acercarse a la ciencia, sino que también hay que acercarse la ciencia a las niñas”.

En este sentido, la UOC trabaja para romper esta brecha y un ejemplo fue la campaña con la que la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) buscó el año pasado fomentar la matriculación de mujeres en éste tipo de carreras. A raíz de la iniciativa, la profesora de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC, María Antonia Huertas, aclara que “ha habido una mejora en la sensibilización y más predisposición a colaborar entre diferentes instituciones para a promover la equidad en las TIC”. A su vez, Huertas, también investigadora del grupo de investigación TEKING (Technology-Enhanced knowledge and interacción group) de la UOC, destaca el Premio EQUIT@T de la UOC, que quiere hacer visibles las acciones exitosas que se han llevado a cabo para reducir esta brecha.

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