15/07/2020 · En plena era digital y del Covid-19, tener la habilidad de trabajar en equipo, ser creativo o pensar de forma estratégica se ha convertido en un valor importante para los empleadores, que han comenzado a posicionar dichas capacidades blandas por encima de tener un determinado título. De todas formas, los conocimientos técnicos aún continúan siendo claves, especialmente aquellos ligados a las nuevas tecnologías, debido a la escasez de perfiles profesionales digitales en el mercado.
Cada vez son más los expertos en recursos humanos que posicionan su predisposición a aprender de forma continua, de trabajar de forma colaborativa, de generar nuevas ideas, ser creativos y empáticos o de pensar de forma estratégica o con liderazgo, como las competencias más valoradas en los candidatos hoy en día. De hecho, disponer de estas soft skills resulta igual o más importante que contar con un título formativo concreto, si bien reconocen que todo depende del puesto de trabajo al que se opte, y sin menospreciar la formación que requieren las organizaciones.
El auge de las soft skills o habilidades blandas es fruto del avance de la automatización y el desarrollo tecnológico, que amenazan con destruir o cambiar muchos de los roles profesionales tal y como se conocían hasta ahora. Por tanto, las personas deberán trabajar esas habilidades que son intrínsecas al ser humano y, por ende, difíciles de ser aplicadas por las máquinas, como es la empatía o el pensamiento creativo, si lo que buscan es mantener su empleabilidad futura.
Los candidatos y profesionales de hoy deben seguir estos 5 pasos para adquirir las soft skills más demandadas del mercado laboral:
El primero de los pasos redunda en la propia actitud del empleado que aspira a mejorar sus competencias sociales.
En este sentido, algunas de las nuevas metodologías incorporadas con el fin de mejorar la capacitación profesional han permitido incentivar la formación de los profesionales, haciéndola más amena, dinámica y práctica, sin poner en riesgo a los trabajadores. Es el caso de la gamificación, cuyos usos son varios pero que, aplicada a la formación, permite a la empresa fomentar la participación de los empleados en la misma.
El segundo de los pasos más inmediatos es invertir en cursos, talleres, sesiones, libros, manuales o vídeos online, etc. que permitan trabajar esa competencia que se desea desarrollar. De hecho, existen muchos proveedores de contenidos formativos que ayudan a las empresas a agilizar la puesta en marcha de este tipo de programas de aprendizaje, gracias a que cuentan con un amplio catálogo de cursos y formaciones.
En este sentido, lo importante es identificar la competencia que se desea desarrollar, asegurarse que el curso se adapta a las necesidades del empleado y que se alcanzan los objetivos deseados, gracias al seguimiento de la formación por parte de un tutor o mentor, quien además deberá actuar de guía deberá realizar el seguimiento, aunque sea de forma online.
La evaluación y el sistema de feedback son importantes porque, por un lado, ayudan a detectar qué competencias se necesita mejorar y, por otro, permiten comprobar si realmente se está desarrollando la habilidad que se requiere.
En esta línea, los expertos indican que, como parte de los beneficios que las empresas obtienen a la hora de favorecer el feedback, lo empleados logran un extra de motivación para continuar formándose, siendo conocedores de si están dando o no los pasos correctos.
De nada sirve realizar cursos si no hay establecidos unos plazos y objetivos concretos. De este modo, los profesionales necesitan contar con un plan que incluya no solo la necesaria adquisición de conocimientos teóricos, sino también prácticos, a través de ejercicios online, donde la anteriormente citada gamificación entra en juego.
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